El reciente ataque que sufriera una pobladora del sector poniente de Punta Arenas se sumó a otros hechos similares que han afectado a niños, por ejemplo, de la Población Pablo Neruda, situada al sur del Barrio 18 de Septiembre.

Es que un par de perros Doberman, uno que otro Pastor Alemán, un par de Labradores, son excepciones entre tantos “killterrier” que deambulan por calles y pasajes.

Estos últimos se agrupan de a dos o de a tres, y en cuanto se descubre que alguna perra ha entrado en celo, es posible apreciar jaurías en pos de la hembra canina. Hasta allí podría afirmarse que es lo normal, no sólo en esos sectores, sino que prácticamente en toda la ciudad.

Pero lo que no es normal es que muchas personas transiten con temor -y muchas veces portando un palo o un garrote- por miedo a que sean mordidos.

Las calles de las poblaciones Pablo Neruda, Nuevo Horizonte, Diego Portales y otras más del sector sur oriente del Barrio 18 de Septiembre, permiten probar que muchos canes llevan, efectivamente, “una vida de perros” porque están en la vía pública, pese a los esfuerzos de sus amos para mantenerlos en los patios de sus casas, cuidando los cercos y manteniendo portones cerrados y en buen estado.

Pero los perros son dueños de muchas calles por la sencilla razón de que la población canina es mucha, pese a los esfuerzos del programa “Yo Aperro”, a cargo del equipo de profesionales que encabeza el médico veterinario Jorge Stambuck, por disminuir el número de canes, esterilizando hembras, por ejemplo.

Evidencia

El profesor Patricio Oyarzo Ojeda, inspector general de la Escuela Padre Hurtado, situada en Eusebio Lillo a la altura de la calle Abate Molina, señaló, al ser consultado, que ellos conocen la situación.

Indicó que la comunidad escolar es amante de los perros y los consideran importantes; que los cuidan, pero que los animales son muchos.

El profesor Oyarzo informó que, hace un tiempo, hicieron una encuesta acerca del tema y se encontraron con la sorpresa de que había ochenta perros por cada curso de cuarenta alumnos, es decir, dos por niño, como promedio.

Y añadió que si se toma en cuenta que el establecimiento tiene 500 alumnos, es cosa de multiplicar y esos animales están en el sector de la escuela y en las poblaciones adyacentes.

Ante el problema, han reiterado las recomendaciones para que se intensifique la tenencia responsable de mascotas, en este caso, perros, pero el problema no es fácil de solucionar o erradicar.

Tanto así que en las inmediaciones de la portería del establecimiento es posible apreciar un palo con el cual se ahuyenta a los perros que buscan entrar a la escuela, sin golpearlos, por supuesto, porque los mismos alumnos y los padres apoderados pudieran reclamar o denunciar un presunto abuso contra la vida animal.

Pero los perros siguen estando en las calles de las poblaciones Pablo Neruda, Nuevo Horizonte, Diego Portales y otras adyacentes, a la espera de que la nueva perrera municipal pudiera solucionar el problema.