Los Hermanos Maristas de Chile, parte de una congregación católica con fines educativos a nivel internacional, admitieron haber silenciado casos de abuso sexual a menores al interior de los colegios que administran en el país. Hay al menos siete docentes investigados por delitos en contra de una treintena de alumnos.

Faltando tan sólo una semana para la visita del Papa Francisco a Chile, los tres portavoces de la institución, Mariano Varona, Héctor Villena y Ernesto Reyes, reconocieron al Periódico de Catalunya que no denunciaron los posibles delitos de los que tuvieron información. “Estas cosas no se ventilaban. Ni para dentro ni para fuera”, dijeron.

Respecto del caso más polémico, el del sacerdote Abel Pérez, quien habría confesado abusar de menores de edad por cerca de 30 años, los portavoces aseguraron: “Jamás vimos nada. Y si alguien lo vio y avisó al director, él nunca lo transparentó. Cosa que solía ser costumbre”.

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Declaraciones

Mariano Varona se refirió también al caso de Armando Alegría, otro de los acusados sobre quien dijo haber escuchado una primera denuncia ya en el año 1981, de parte de un aspirante a marista. “No creí que se tratara de abusos sexuales, sino más bien de juegos eróticos y de fotografías de desnudos entre Armando y el muchacho”, argumentó al citado medio español.

La excusa de Varona es que la información llegaba en ocasiones como secretos de confesión y que por ello no correspondía denunciar. “De todos los formadores que escucharon otros casos ninguno presentó ninguna denuncia. Lo que correspondía era ayudar a la persona a enfrentar la situación”, agregó.

Consultados respecto de si nunca pensaron que dichas confesiones eran una manera de pedir auxilio, los portavoces se excusaron indicando que silenciaron por respeto “al hermano”. “¿Y a los alumnos? -consulta el periódico- ¿No les preocuparon los alumnos que podrían ser agredidos por Alegría en el futuro“. “No sé… no se consideró así. No se tuvo en cuenta eso”, fue la respuesta del propio Varona, quien agregó que entonces hasta las familias creían más en la versión de los hermanos que en la de los alumnos.

Lo anterior muestra coherencia con el hecho de que solo ocho familias del colegio Alonso Ercilla de Santiago, han retirado a sus hijos, a pesar de que es la institución donde se focalizaron los abusos de Pérez. En los otros recintos educativos de la congregación en Chile la movilidad también ha sido mínima.

Investigación externa

A su favor, los voceros afirman que las cosas han cambiado y que ya se han ido construyendo protocolos de prevención y denuncias para estas situaciones. Además, aseguraron se investigarán a fondo “los últimos cincuenta años” de la institución a través de una Comisión para la Verdad, la cual estará constituida por expertos externos.

Lo que arroje el trabajo de esta comisión, será entregado a la justicia y las víctimas recibirán las debidas reparaciones.