“Gorda”, “obesa” y “coja”, son algunos de los crueles calificativos que la gente le ha dicho a Paris Harvey, una adolescente de la ciudad británica de Kent, que con solo 13 años decidió sobreponerse a las adversidades y enfrentar lo que para ella, antes, era su mayor miedo: su cuerpo.
A su corta edad, tiene serios problemas de metabolismo, lo que produce que suba de peso con rapidez y sea casi imposible perderlo. Para peor, una displasia de cadera que acorta su pierna derecha en 1,5 centímetros la hace caminar distinto.
Y no solo eso es una consecuencia, pues lo peor es que sus padecimientos son fuertes razones para que sus compañeros de la escuela y la gente en redes sociales le hagan bullying.
La adolescente explicó al portal británico DailyMail que “puedo comer lo mismo que que una persona normal, pero gano peso. No es que me pase el día comiendo chucherías”.
“Pero creo que no tendría que estar explicando lo que me pasa”, remató.
Justamente por lo anterior fue que un día, haciendo oídos sordos a todos los prejuicios, decidió ir a la playa en traje de baño. Sí, algo que para la mayoría de la gente es muy común, para ella no lo era.
El cambio en su vida no terminó ahí, pues se decidió a publicar fotos del momento en su cuenta de Twitter, donde recibió retuits, likes, elogios y uno que otro comentario negativo.
“Hoy me enfrenté a mi mayor miedo y fui a la playa en traje de baño”, escribió en el tuit que recibió más de 337 mil “me gusta”.
“¡Eres hermosa! Me inspiraste tanto, que comenzaré a usar pantalones cortos, algo que nunca he hecho”, le respondió una cibernauta.
“La vida es demasiado corta para no usar shorts. Deja que los muslos vean el sol. Sé libre y disfruta la vida”, dijo otra.
También recibió mensajes como “ella está obesa y enferma” o “esto es asqueroso“, aunque los seguidores de Paris rápidamente la defendieron.
Respecto de su experiencia, aseveró que “me intimidaron en el pasado y después de un tiempo empiezas a creer lo que la gente dice. Me sentí muy insegura sobre cómo me veía“.
“Me preocupaba que alguien se acercara y me mirara con burla, pero no fue así. Me quedé en traje de baño por unas horas y empecé a sentirme cómoda en mi propia piel. Después me sentí orgullosa. Fue todo un logro”, dijo.
La joven ahora asegura que “decidí centrarme en el apoyo, porque el odio no es nada comparado al amor. Nadie debería cambiar para hacer sentir cómodos a otros”.
“No me convertiré en una modelo, pero quería mostrarle a la gente que no importa cómo te veas“, sentenció.
En tanto, su orgulloso padre, Bill Harvey, manifestó que “Paris ha pasado por muchas cosas, pero es una chica normal”. “Ella es una inspiración”, finalizó
