El embarazo no ha sido nada fácil para Reanna Setephens. Desde que la joven de 18 años comenzó a compartir imágenes de su vientre, sólo ha recibido críticas por lo delgada que luce su apariencia.

“¡Estás fingiendo tu embarazo!”, “¿Tienes anorexia?”, “Ese bebé debe estar ‘muerto de hambre”; son algunos de los comentarios que la joven oriunda de Carolina del Sur (Estados Unidos) recibe a diario cada vez que comparte una foto mostrando su vientre.

Según cuenta Reanna en su Instagram, y tal como confirma el portal británico DailyMail, la adolescente se siente avergonzada cada vez que recibe alguna opinión negativa sobre su salud y la de su bebé.

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“Es desgarrador que, en lugar de recibir un ‘¡aw! ¡mira tu ‘pancita’!’ la gente sea grosera conmigo al enterarse de cuántos meses tengo”, relata y agrega: “También me han dicho que no debería tener un bebé si no puedo alimentarme, pero la gente no sabe nada sobre mi dieta o mi estilo de vida”.

Incluso, cuenta, que no sólo en las redes es acosada con estas interrogantes, sino que algunas personas en la calle le preguntan si está enferma.

“La gente realmente me afecta con sus comentarios, trato de mantener la calma porque sé que tanto mi bebé como yo estamos sanos”, afirma.

Setephens asegura que su delgada apariencia es producto de una dieta vegana saludable y sus constantes rutinas de ejercicio. “Llevo seis años practicando artes marciales mixtas, incluyendo boxeo, kickboxing, jujitsu, entrenamiento de circuito y entrenamiento con pesas junto con yoga y cardio. Ahora sólo hago yoga y cardio, por eso me veo delgada”, relata.

Reanna Stephens
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“También llevo una dieta vegana, sin productos de origen animal, y evito alimentos poco saludables como bebidas gaseosas, dulces y comida chatarra”, agrega.

De la misma forma, la joven se defiende explicando que su madre sufrió el mismo “problema” cuando estuvo embarazada de ella. “Afortunadamente, tengo el apoyo de mi familia, porque mi madre estaba en una situación similar. Ella era una atleta y su abdomen no se abultó hasta que tenía siete meses de embarazo”, detalla.

En tanto, la presión de sus seguidores la ha obligado a compartir numerosas fotos de las ecografías que se realiza y decenas de explicaciones. “Mi bebé está creciendo a la perfección (…) sólo es un poco más pequeño que los demás, pero está totalmente saludable”, explica.

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Finalmente, ante las críticas, Reanna se ha visto obligada a borrar algunas fotos de su cuenta de Instagram. Por ahora, sólo expresa que espera ansiosa el nacimiento de su bebé en abril.

¿Existe un tamaño “normal” para los vientres de las embarazadas?

El ginecólogo del Hospital Universitario Quirón de Madrid, José García Flores, señala en un artículo del diario español El Mundo que cada embarazo es único y hay muchos factores que influyen en el tamaño de la barriga.

“El tamaño del bebé no es lo único que influye en el crecimiento del perímetro abdominal, por lo que dos mujeres con las mismas semanas de embarazo y un feto de similares características pueden tener barrigas completamente diferentes“, dice el experto.

Uno de los factores que determina el porte de la panza es precisamente el tono muscular. “Cuando se tiene poco tono muscular en el abdomen, lógicamente cualquier cambio o aumento de peso se nota mucho más”, afirma Pluvio Coronado, ginecólogo del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid. Con esto coincide García Flores, quien dice que por lo mismo es probable que un segundo embarazo sea más voluminoso que el primero.

Por otro lado, también influye la posición del bebé en el útero. Coronado indica que “si se encuentra con la espalda pegada a la columna de la madre y las piernas hacia adelante, el abdomen puede tener un aspecto un poco más picudo”. En cambio, si el feto está en forma vertical y más cercano a la parte posterior del útero, el abdomen puede verse menos voluminoso.

La anchura de la pelvis es otro factor a considerar. En las caderas más estrechas, los fetos se encajan menos, lo que aumenta el volumen del vientre.

La cantidad de grasa y el peso previo de la madre, junto con los kilos que se ganen en el periodo de embarazo, también inciden en el tamaño del vientre. La recomendación es no subir más de 12 kilos.

Finalmente, la cantidad de líquido amniótico y los gases también contribuyen.

“Lo importante es saber si el bebé crece o no bien, y eso se controla a través de los patrones de biometría fetal (valoración de parámetros como el tamaño de la cabeza, tronco, piernas, etc)”, más que preocuparse por el tamaño de la barriga, aclara Coronado.