Conmoción y condena internacional ha generado el asesinato de un grupo de periodistas tras un ataque del Ejército de Israel en la Franja de Gaza. Entre las víctimas se encuentra Anas Al Sharif, uno de los rostros más emblemáticos del medio catarí Al Jaazera en el asediado enclave palestino, y a quien el Gobierno israelí calificó como terrorista.
El hecho tuvo lugar el domingo, cuando Israel llevó a cabo un ‘bombardeo de precisión’ en la Ciudad de Gaza, según confirmaron las propias fuerzas armadas israelíes y periodistas en la Franja. ¿El objetivo? La tienda de campaña donde Al Sharif junto a otros cuatro compañeros de prensa habitaban y trabajaban.
En detalle, además del conocido periodista palestino de 28 años, fueron asesinados -según Al Jazeera-: el reportero Mohammed Qreiquea (también de la cadena catarí) y los fotógrafos Ibrahim Zaher y Mohamed Aliwa, además de su conductor, Mohammed Nofal, al que el Gobierno gazatí señaló además como fotoperiodista asistente. También murió horas más tarde (este lunes) Mohamed al Khalidi, de la plataforma digital Sahat.
Con ellos seis, el recuento del Gobierno gazatí de informadores muertos a causa de la ofensiva israelí asciende a 238, en una lista que incluye a periodistas, ‘influencers’ y otros creadores de contenido.
Israel asegura que Anas Al Sharif era miembro de Hamás
El Ejército israelí asegura que Al Sharif estaba vinculado al grupo islamista Hamás, presentando como pruebas dos documentos cuyo origen no detalló y que no pueden ser verificados.
Uno de ellos se titula ‘Lista de operativos de Hamás en la brigada norte de la Franja de Gaza’. En ella, se registra que resultó herido en 2019 como miembro del grupo, al que presuntamente se afilió en 2013, con 17 años, consigna EFE.
Otro documento en el que se registran aflicciones de presuntos miembros de la organización incluye una entrada en la que Al Sharif figura como herido por una explosión en 2017.
La primera vez que el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó al reportero de estar vinculado a Hamás, fue hace 10 meses. No está claro por qué ahora se decidió atacarlo.
Consultado por EFE respecto al origen de estos documentos o si el resto de fallecidos tenían algún tipo de vinculación a alguna milicia, el Ejército no se pronunció.
Cuando en octubre de 2024 Israel publicó por primera vez estos documentos, advirtiendo que Al Sharif era uno de sus objetivos, Reporteros Sin Fronteras (RSF) concluyó: “La mera publicación de estos documentos no constituye prueba suficiente de afiliación o licencia para matar”.
Además, poco antes el Ejército israelí mató a otro periodista de Al Jazeera, Ismail al Ghoul, presentando pruebas similares que RSF calificó como inconsistentes.
Este lunes, el portavoz militar israelí, Avichay Adraee, publicó en su cuenta de X una serie de imágenes donde insiste que Al Sharif habría tenido vínculos con Hamás. Entre estas, adjuntó fotografías que mostrarían al fallecido periodista junto a líderes de la organización islamista extremista, como Yahya Sinwar. No obstante, estos registros no han sido verificados.
En el pasado, el Ejército israelí aseguró que el periodista palestino se sumó a un batallón de Hamás en 2013, resultando herido en 2017 durante un entrenamiento. Esto fue negado tajantemente por Al Sharif, así como por Irene Khan, Relatora Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión, recoge CNN.
“Reafirmo: Yo, Anas Al-Sharif, soy un periodista sin afiliación política. Mi única misión es informar la verdad desde el terreno, tal como es, sin sesgos. En un momento en que una hambruna mortal azota Gaza, decir la verdad se ha convertido, a ojos de la ocupación, en una amenaza”, escribió el mes pasado el -ahora- fallecido periodista.
El editor internacional de la BBC, Jeremy Bowen, quien analizó las pruebas que el gobierno israelí presentó para justificar el mortífero ataque, aseguró que “no son convincentes”.
“Anas era un icono”
Anas Al Sharif, era padre de dos hijos, y “un icono para nosotros, un icono del periodismo. Anas al Sharif nunca dejó ni por un instante de transmitir el dolor, el sufrimiento y las penas de la gente, y la verdad que la ocupación intenta borrar mediante el asesinato de periodistas”, cuenta a EFE el periodista Mohamed Qita.
“Este es el crimen más grave hacia periodistas palestinos. Esto obliga a la comunidad internacional a ofrecer la protección para el periodismo palestino”, denuncia a su vez Eid Firuani, del sindicato de periodistas palestinos.
También desde Gaza escuchan indignados las acusaciones que niegan la hambruna en el enclave palestino, principalmente de niños muriendo de hambre, respecto de lo cual se ha tildado de imágenes ‘manipuladas’ las compartidas por Al Sharif mientras cubría como periodista lo que sucede en la Franja.
“Que vaya cualquiera de las instituciones internacionales, de las organizaciones de derechos humanos o de las instituciones médicas, y que hable de las cifras reales de niños que sufren desnutrición y hambruna; estas son las imágenes que la ocupación califica de falsificadas”, critican.
“Somos los dueños de una causa justa, nosotros no tenemos armas, sino un micrófono y una cámara, informamos del sufrimiento de nuestro pueblo. (…) Nuestro único crimen es sacar una foto para que el mundo vea la injusticia de esta ocupación israelí”, lamenta Wadie Abu Saud, corresponsal de un canal yemení en Gaza, desde la zona donde asesinaron a su compañero.
Al Sharif vivía amenazado por sus reportes sobre a ofensiva israelí en Gaza, pero fueron sus imágenes llorando al informar sobre la hambruna las que le viralizaron. Las amenazas las sufría él, pero también su familia: su casa fue atacada y su padre asesinado.
“Si estas palabras mías les llegan, sepan que Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz”, decía en su carta de despedida, escrita en abril pero que esperaba a ser publicada, precisamente, cuando falleciera.
“Hoy parece que quieren castigar a los periodistas palestinos por la gran cobertura que expone los crímenes de la ocupación en particular el crimen de la hambruna que ha permitido al mundo presionar a la ocupación israelí”, alega Firuani, quien considera que esto es solo un paso previo para apagar las voces que puedan narrar los planes próximos de Israel de expandirse a Gaza.
Qita coincide: “Creo que el asesinato de Anas y de Mohamed Qraiqea es una anticipación a la operación terrestre que la ocupación pretende llevar a cabo en la ciudad de Gaza. Esta operación estará acompañada de numerosos crímenes (…) y si no se exponen estos crímenes, si nosotros no los cubrimos, moriremos todos”.