Expertos estadounidenses y rusos se reunirán esta semana en Ginebra para abordar la retirada de “todos los rebeldes” del este de Alepo, pero grupos insurgentes rechazaron este lunes abandonar la ciudad, la segunda del país que controlan parcialmente.

Las conversaciones ruso-norteamericanas se iniciarán el martes o el miércoles en Ginebra, anunció este lunes el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov. “Es muy probable que empiecen mañana (martes) por la noche o el miércoles”, explicó el ministro.

El objetivo será “preparar los medios para hacer salir a todos los rebeldes del este de Alepo”, declaró Lavrov.

Pero poco después de este anuncio, grupos rebeldes afirmaron que lucharán hasta la “última gota de sangre” en Alepo, y rechazaron este objetivo de la reunión entre Rusia y Estados Unidos.

“Los revolucionarios no abandonarán Alepo Este (parte rebelde), combatirán la ocupación rusa e iraní hasta la última gota de sangre” afirmó a la AFP Abu Abdel al Rahman al Hamui, un responsable del grupo Jaish al Islam.

Rusia e Irán son aliados del régimen sirio. “Son los rusos los que se tienen que ir de Alepo” dijo por su lado Yaser al Yusef, del grupo Nuredin al Zinki.

¿Hacia una tregua?

Durante las consultas de Ginebra, los expertos rusos y estadounidenses deberán “ponerse de acuerdo sobre el itinerario concreto y los plazos de retirada” de los rebeldes, precisó Lavrov.

Cuando estos aspectos estén resueltos, “entrará en vigor una tregua” en Alepo, añadió.

Washington no ha confirmado de momento estas conversaciones pero el secretario de Estado norteamericano John Kerry había anunciado el viernes “una reunión a principios de la próxima semana en Ginebra” sobre la forma de poner fin a los enfrentamientos en Alepo.

Una salida de los rebeldes supondría una victoria para el régimen del presidente sirio Bashar al Asad, que lanzó una gran ofensiva el 15 de noviembre para reconquistar Alepo-Este, que cayó en manos de los rebeldes en 2012.

En cambio, los rebeldes perderían su principal bastión en Siria, y solamente conservarían el control de la provincia de Idleb, vecina de la de Alepo, y de algunos sectores cerca de Damasco y en el sur.

El número de combatientes anti-régimen en Alepo Este era estimado antes de la ofensiva del régimen en 8.000 según la ONU y en 15.000, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Pero después de haber resistido durante cuatro años, estos grupos rebeldes ya no logran oponerse al poder del fuego aéreo y terrestre de las fuerzas pro-régimen, entre ellas los combatientes iraníes o libaneses del Hezbolá.

Reunión en la ONU

El anuncio de las conversaciones ruso-norteamericanas se produjo horas antes de una nueva reunión del Consejo de seguridad de la ONU en Nueva York, para estudiar una resolución sobre una tregua de al menos siete días en Alepo.

Pero Lavrov estimó que este proyecto de resolución es una “provocación” y “contraproducente”.

España -que preside el Consejo de Seguridad durante este mes de diciembre-, Egipto y Nueva Zelanda propusieron un texto que pide esa tregua temporal en Alepo.

Pero Lavrov, cuyo país tiene derecho a veto en el organismo onusiano, dijo que este proyecto era una “provocación porque socava los esfuerzos ruso-estadounidenses”.

La metrópolis del norte de Siria, capital económica del país, está dividida desde 2012 entre los barrios del oeste controlados por el gobierno y los del este, en manos de los rebeldes, pero que el régimen está reconquistando en las últimas semanas.

Al menos 319 civiles murieron, entre ellos 44 niños, desde el inicio a mediados de noviembre de la ofensiva siria contra los barrios rebeldes, según el OSDH.

Desde su inicio en marzo de 2011, la guerra civil siria causó en total la muerte de más de 300.000 personas.