Probablemente en más de una oportunidad has pensado seriamente en cambiarte de ciudad. Muchos factores juegan a la hora de evaluar la conveniencia de trasladarte a un lugar diferente, como lo son las expectativas laborales, emocionales o sociales.

Sin embargo, hay otros aspectos que debieras tener en cuenta al momento de tomar tu decisión. Revísalos a continuación.

Altitud

Curiosamente, vivir en una ciudad emplazada a considerables metros sobre el nivel del mar, puede ayudar a que sus habitantes sean más delgados. Y es que quienes viven a baja altitud, presentan 5 veces mayor riesgo de sufrir obesidad.

Una investigación de la publicación Plos One descubrió que las personas con sobrepeso que viven en altura tienen menor probabilidades de seguir aumentando de peso, ya que en lugares elevados el apetito disminuye.

Hamed Saber (CC) Flickr

Hamed Saber (CC) Flickr

Cercanías de una carretera

Si tu hogar está ubicado junto a una autopista, hay una mayor probabilidad de que tengas problemas al corazón.

Investigadores norteamericanos realizaron un estudio con 107 mil mujeres, y descubrieron que por cada 100 metros de cercanía a una carretera, el riesgo de sufrir problemas cardíacos aumenta en un 6%. Y no solo por la obvia contaminación en el aire que significa el tránsito constante de vehículos, ya que según un estudio publicado en la revista científica European Heart Journal de 2015, la exposición a altos niveles de ruido también genera un pequeño aumento en el riesgo de enfermedades al corazón.

Trish Hartmann (CC) Flickr

Trish Hartmann (CC) Flickr

En la costa

Si vives relativamente cerca de la playa, te puedes considerar afortunado. Según los datos del censo de Inglaterra del 2011, los habitantes que viven a menos de 50 kilómetros de la costa, presentan buena salud.

Ben Wheeler, investigador de la escuela de Medicina de la Universidad de Exeter, Inglaterra, señaló que “los residentes de la costa están mas propensos a tener actividad física, sus niveles de estrés generalmente son más bajos y probablemente sus niveles de vitamina D son mayores gracias a que pasan más tiempo fuera”.

DncnH (CC) Flickr

DncnH (CC) Flickr

En las afueras de la ciudad:

De acuerdo a datos entregados por la publicación Public Health, quienes viven en los suburbios de la ciudad, deben tener en consideración que están más expuestos a tener la presión arterial alta, sufrir de dolores de cabeza, artritis y problemas respiratorios. El sedentarismo también juega un rol clave en este problema.

Por su parte, según un estudio publicado en Plus One, los alemanes que viven en ciudades con altos niveles de crímenes y vandalismo, biológicamente pueden llegar a ser 10 años mayores que quienes viven en lugares con bajos niveles de estrés. Es decir, verse más viejos de lo que realmente son.

Jose Roberto V Moraes (CC) Flickr

Jose Roberto V Moraes (CC) Flickr

Lugar con extensos bosques

Sin duda que el sueño de la mayoría es tener una vida rodeado de muchas áreas verdes. Los afortunados que pueden decir eso, no solo viven en un entorno más bonito, ya que según investigadores japoneses, también tienen menores niveles de cortisol y presentan presión arterial baja. De hecho, acampar por un par de días es una muy buena idea, ya que ayuda a fortalecer tu sistema de defensa.

Un estudio publicado en la revista Environmental Health and Preventative, indica que personas que pasaron tres días y dos noches en medio de un bosque presentaron mayor actividad en las células encargadas de atacar las infecciones.