En enero el fondo de inversión británico Novator Partners adquirió Nextel Chile y en julio la operadora de telefonía móvil pasó a llamarse WOM. La marca inició entonces una agresiva campaña publicitaria que generó reclamos de organizaciones feministas por considerarla sexista y de parte de compañías de la competencia como Movistar, operadora que presentó una queja formal ante el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (CONAR) por el contenido de algunos avisos.

La empresa además demandó por 1.000 millones a su competencia, debido a que consideran que la publicidad del nuevo operador es peyorativa, denigratoria y desleal.

CONAR emitió una declaración al respecto, acordando con las críticas al tratamiento de la mujer en la campaña con soportes gráficos y audiovisuales, planteando que “sobrepasa límite de lo éticamente aceptable”.

“Cuando en publicidad se utiliza a mujeres mostrando sus cuerpos ligeros de ropa, en actitudes sugerentes y lascivas con otras mujeres, en un ambiente nocturno que invita a la promiscuidad, y para promocionar un servicio que no tiene mayor relación con lo que se exhibe, esa sensualidad se transforma en algo netamente sexual que sobrepasa el límite de lo éticamente aceptable”, sostuvo CONAR.

“Y ello es doblemente reprochable si se exhibe en soportes que quedan expuestos a menores de edad, que no tienen necesariamente un criterio formado como los adultos”, agregó el consejo.
La entidad también expuso que “la denigración de un competidor constituye no sólo una falta al honor profesional del avisador sino que conduce también a un debilitamiento de la confianza que el público dispensa a la publicidad”.

Las críticas a la campaña de WOM también fueron expresadas por una pieza audiovisual en la que aparece el mandatario boliviano Evo Morales, lo que generó molestia en La Paz. El aviso fue calificado como “ofensivo y de mal gusto” por el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Heraldo Muñoz.