Arabia Saudí, con la ayuda de sus aliados árabes, bombardeó el principal bastión en Yemen de los rebeldes chiitas en respuesta a un ataque contra una zona cercana a su frontera, hora después de haber propuesto una tregua humanitaria en el país.

Los bombardeos apuntaron el jueves a dos centros de control, un centro de comunicación y una fábrica de minas, según la agencia oficial saudí SPA.

La coalición, que lleva seis semanas de bombardeos aéreos para apoyar al presidente Abd Rabo Mansur Hadi, refugiado en Riad, también destruyó otras posiciones de los rebeldes en la provincia de Sada, en la frontera con Arabia Saudí, según la misma fuente.

En los últimos días, los rebeldes chiitas hutíes perpetraron bombardeos contra el sur del territorio saudí, matando a diez civiles. Hasta la fecha sólo habían apuntado contra militares.

Arabia Saudí avisó el jueves que los hutíes, apoyados por Irán, habían cruzado una “línea roja”.

“La ecuación cambió, el conflicto cambió y van a pagarlo caro”, amenazó el portavoz de la coalición, el general Ahmed al Asiri ante la prensa, quien indicó que Sada estaba entre los objetivos de la coalición.

Riad ha acusado reiteradamente a Irán de proveer armas y de fondos a los hutíes, algo que Teherán negó de nuevo el viernes, cuando una portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní denunció “esfuerzos para culpar a otros”.

La advertencia de Asiri se produjo horas después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, instara a los rebeldes a aceptar la oferta de Riad de establecer un alto el fuego de cinco días prorrogable.

Testigos en Sada afirmaron que los aviones de la coalición arrojaron panfletos urgiendo a los residentes a dejar la provincia y un corresponsal de AFP en la capital yemení, Saná, informó de que numerosas familias habían comenzado a llegar el viernes.

Los bombardeos no han conseguido frenar a los hutíes y a los combatientes aliados del expresidente Ali Abdulá Saleh, y las preocupaciones van en aumento con el incremento de muertes de civiles.

Además de Sada, la coalición dirigió bombardeos contra posiciones rebeldes en Adén, la capital del sur, presa de combates entre insurgentes y partidarios del presidente Hadi.

Doce combatientes murieron en los bombardeos mientras que tres civiles y tres combatientes pro-Hadi fallecieron en los combates, según responsables.

Naciones Unidas volvió a pedir un alto el fuego en Yemen, donde semanas de guerra han dejado más de 1.400 muertos y cerca de 6.000 heridos, la mayoría civiles.

El enviado de la ONU, Ismail Uld Sheij Ahmed, se encontraba en Riad el viernes para tratar de relanzar los estancados diálogos de paz.

Muerte de un comandante de Al Qaida

El jueves, la rama del grupo yihadista Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA) afirmó que el ejército de Estados Unidos había abatido a uno de sus comandantes, Naser bin Ali al Ansi, en un bombardeo aéreo en abril, informó el centro SITE de vigilancia de portales islamistas.

Ansi aparecía en un video de la AQPA reivindicando la responsabilidad del ataque de enero contra el semanario francés Charlie Hebdo para vengar las caricaturas del profeta Mahoma.

Estados Unidos, el único país que opera con drones en Yemen, rechazó confirmar la muerte de Ansi.

Kerry afirmó en Riad esta semana que no se había hablado sobre enviar tropas a Yemen, a pesar de que el presidente Hadi pidió el envío de tropas para impedir el avance de la rebelión.

El gobierno de Yemen escribió al Consejo de Seguridad de la ONU para “instar a la comunidad internacional a intervenir rápidamente con fuerzas terrestres para salvar Yemen, especialmente, Adén y Taez”.