Al menos 21 personas murieron este martes en Nigeria, en un atentado contra el local donde miraban por televisión un partido del Mundial de Fútbol, deporte considerado como una perversión occidental por el grupo islamista Boko Haram.

Este atentado, que no fue reivindicado, es el último de una larga serie de ataques casi diarios atribuidos al grupo islamista armado, que mantiene secuestradas a 219 adolescentes desde mediados de abril.

Según los habitantes de Damaturu, capital del Estado de Yobe, la bomba estaba escondida en un pequeño vehículo situado frente al centro de retransmisión del partido, donde muchos aficionados estaban congregados viendo el partido de Brasil contra México en una pantalla gigante.

La explosión fue apenas 15 minutos después del inicio de este partido, indicó el jefe de policía del estado de Yobe, Sanusi Ruf’ai.

“Recibimos 21 cadáveres y 27 heridos” después de la explosión, declaró una fuente del hospital Sani Abacha, quien precisó que entre las víctimas, trasladadas por el ejército y la policía, se encuentran “hombres jóvenes y niños”.

Fútbol, perversión occidental

Por el momento, se desconocen los autores de esta explosión, si bien las sospechas apuntan a Boko Haram, al que se le atribuyen otros ataques similares contra centros de retransmisión de fútbol y contra recintos deportivos.

Más de 40 personas murieron en el noreste del país el 1 de junio por la explosión de una bomba en un estadio de fútbol, justo después de un partido.

El líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, ha descrito en varias ocasiones el fútbol como una perversión occidental que busca alejar a los musulmanes de la religión.