El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo en una entrevista a menos de 3 semanas de la primera vuelta de los comicios presidenciales a los cuales concurre, que realizar un alto al fuego sería un incentivo para prolongar la negociación con la guerrilla de las FARC.

“Cese al fuego sería un incentivo para prolongar la negociación”, dijo Santos en una entrevista concedida a Radio Caracol, en la que afirmó que sin embargo, no tiene un plazo límite para finalizar con éxito el diálogo que inició en noviembre de 2012 en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin a 50 años de conflicto.

Según Santos, el proceso de paz tiene muchas posibilidades de fructificar, ya que afirmó que “las FARC ahora no tienen alternativa”, en referencia a los golpes dados a la cúpula del grupo, que cuenta con un contingente de cerca de 8.000 combatientes.

Con respecto a la posibilidad de impulsar también un diálogo con la guerrilla ELN, el segundo grupo rebelde más importante después de las FARC, con cerca de 2.500 combatientes, Santos insinuó que hay algunos contactos.

Santos, según una encuesta divulgada este lunes, obtendría un 27% de los votos en las elecciones del 25 de mayo, seguido del candidato del movimiento Centro Democrático, del ex presidente Álvaro Uribe, y del representante del movimiento de centro Alianza Verde, Enrique Peñalosa, que obtendría 10% de las preferencias.

Según el sondeo realizado por la firma Cifras y Conceptos, Santos se impondría en la segunda vuelta, necesaria si ningún candidato suma más del 50% de los votos en al primera.

El gobierno colombiano y las FARC negocian en La Habana y han llegado a acuerdos en dos puntos de una agenda de cinco: desarrollo rural y participación política.

Ahora ambas partes discuten el tema de los cultivos ilícitos y además queda por negociar el abandono de las armas, la reparación de las víctimas y el mecanismo para refrendar un eventual acuerdo de paz.

El conflicto armado colombiano, en el que a lo largo de medio siglo han participado además de guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y bandas narcotraficantes, ha dejado cientos de miles de muertos y 4,5 millones de desplazados por la violencia.