El gobierno boliviano calificó este sábado de “medieval” y “oscurantista” a la Iglesia católica luego de que la conferencia episcopal (CEB) afirmó sentirse “perpleja” por los casos de corrupción y extorsión revelados recientemente en el país.

“Esta cúpula de la CEB aún permanece en el oscurantismo, es medieval, no sabe leer la realidad y no la entiende”, replicó la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, citada por la agencia estatal de noticias ABI.

“No podemos callar ante los casos de corrupción y extorsión que nos dejan perplejos y que se van destapando de forma progresiva”, había proclamado el jueves pasado el presidente de la CEB, monseñor Óscar Aparicio.

En una fuerte crítica a la administración del presidente Evo Morales, la Iglesia dijo que “es una verdadera pena que las esperanzas que tenía el pueblo boliviano, en una forma diferente de gobernar con honestidad, se vayan desmoronando poco a poco”.

Ante esa denuncia, Dávila respondió que “la Conferencia Episcopal Boliviana, antes que un órgano de obispos, se constituyó, siempre desde (que asumió Evo Morales) el 2006, en un partido político de la oposición que estuvo permanentemente emitiendo criterios políticos, apoyando posiciones políticas y sobretodo apoyando posiciones totalmente reaccionarias”.

El mensaje episcopal del jueves pasado coincidió con la revelación de un caso de aparente tráfico de influencias que alcanza al vicepresidente Alvaro García.

Según la denuncia de la oposición, una cuñada de García se adjudicó un servicio de catering en la línea estatal de aviación BoA, donde su concuñada tiene un cargo ejecutivo.

La imagen del gobierno se vio afectada además por las denuncias de un fiscal que atendía un sonado caso de supuestos mercenarios muertos en 2009.

El fiscal Marcelo Soza dijo en una carta, cuya autenticidad se investiga, que recibió presiones de funcionarios de gobierno para perjudicar a los opositores, involucrándolos en el caso cuya investigación no avanza desde 2009.

También surgió un episodio con un jefe policial, condenado a la cárcel en Estados Unidos, que admitió haber extorsionado a sus víctimas con respaldo de autoridades gubernamentales, a las cuales no identificó.

Bolivia es un Estado laico desde la promulgación de la nueva Constitución, en 2009, aunque Morales, que tiene relaciones tensas con los obispos, reconoció su admiración por el papa Francisco, a quien visitó en septiembre en El Vaticano y lo invitó a viajar a Bolivia.