La Casa Blanca rechazó este viernes las acusaciones de los republicanos de que el retraso en la aprobación de una reforma migratoria en Estados Unidos se deba a la falta de confianza en el presidente Barack Obama.

El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, lanzó un balde de agua fría sobre las esperanzas de que finalmente se apruebe este año una ley sobre inmigración, diciendo que los miembros más conservadores de su partido no confían en que el presidente pueda poner en marcha una reforma.

La Casa Blanca dijo que esa acusación era una coartada de Boehner para justificar su incapacidad para unir a los miembros de su partido para impulsar una reforma migratoria que los líderes republicanos consideran vital para reparar los lazos con los votantes hispanos, muy importantes de cara a las elecciones de 2016.

“Si fuera un asunto de confianza, ¿por qué los republicanos bloquearon la reforma migratoria en 2006 cuando el ocupante de la Casa Blanca era el presidente republicano George W. Bush?”, dijo a periodistas el portavoz de la residencia presidencial, Jay Carney, a bordo del Air Force One.

“¿Fue porque no confiaban en él?”, se preguntó. “Creo que no. Creo que el asunto fue por los bien conocidos y documentados problemas que tiene el Partido Republicano para lidiar con este asunto”.

Boehner dijo el jueves que el anuncio de Obama de que utilizará sus potestades ejecutivas para implementar su programa político si los legisladores rehúsan cooperar con él ha dañado la confianza en la Casa Blanca.

Los republicanos también argumentan que los ajustes que el presidente hizo a la ley de salud también incrementaron las dudas sobre si se puede confiar en él para llevar a cabo una ley de reforma migratoria.

El Senado aprobó en junio, y con apoyo bipartidista, la más profunda reforma de la legislación migratoria en una generación, incluyendo entre otros asuntos la regularización de inmigrantes ilegales así como la posibilidad de adquirir la ciudadanía estadounidense en un período de 13 años. Pero los republicanos en la cámara baja la rechazaron.

La reforma migratoria es un tema espinoso en el seno del Partido Republicano, pero clave en sus esperanzas de recuperar el voto de los latinos de cara a las presidenciales de 2016.