Una investigación publicada en la revista Psychological Science señala que inflar los elogios que le hacemos a los niños no siempre es beneficioso.

El estudio que incluyó a menores con alta y baja autoestima, observó un fenómeno llamado “alabanza exagerada” que es cuando se agregan adverbios como “muy” o “realmente” a una frase. Por ejemplo: “lo estás haciendo MUY bien” o “Este dibujo es REALMENTE bueno”.

Los resultados mostraron que para los pequeños con autoestima alta es bueno escuchar estos halagos “inflados”, sin embargo, para aquellos con baja autoestima puede ser perjudicial.

“Los padres tienden a creer que los niños con baja autoestima necesitan escuchar la alabanza exagerada, pero no lo necesitan”, afirma el doctor en psicología Brad J. Bushman, co-autor del estudio y profesor de comunicación y psicología la Universidad Estatal de Ohio.

“Hay dos razones: Los niños con falta de confianza probablemente no van a creer que hicieron algo bien de todas formas, y la alabanza exagerada les impide tomar nuevos riesgos, ya que llegarán a la conclusión de que ya han logrado suficiente”, explica el especialista.

En cambio, cuando alabas exageradamente a los niños con un autoestima fuerte, éstos se animan a alcanzar metas aún mayores. “Tienden a pensar: ‘Si puedo hacer esto bien, es probable que pueda ir más allá’”, añade Bushman.

El terapeuta dice que la forma de motivar a los niños con autoestima disminuida es tan simple como no usar superlativos. Además, recomienda centrarse en el trabajo que hizo el niño y no en la persona que son. Por ejemplo, si el niño obtiene una buena nota en arte en lugar de decirle “eres tan buen artista”, enfocarse en la pintura misma: “Es una excelente pintura. Usaste colores brillantes y pusiste atención a los detalles”. De esa manera, si el menor le va mal en un proyecto de futuro, no creerá que dejó de ser un buen artista.