Un juez del tribunal federal de Brasilia ordenó paralizar las obras de la gigantesca hidroeléctrica Belo Monte en construcción en la Amazonia, a la que se oponen ecologistas y ambientalistas, informó la entidad judicial este lunes.

El juez Antonio Souza Prudente ordenó suspender la licencia ambiental y las obras de la hidroeléctrica ubicada en el estado de Pará (norte), a orillas del río Xingú, informó una portavoz del tribunal.

El juez estimó que hay compromisos socioambientales que fueron postergados sin cumplimiento y que aún así fue entregada la licencia autorizando la obra.

La decisión del juez, adoptada el viernes y ya disponible en internet, también impide al banco de fomento BNDES (público), que financia la obra, entregar recursos hasta que sean cumplidas las condiciones ambientales.

La obra fue cuestionada por la fiscalía de Pará. “No nos oponemos al desarrollo del país. Pero afirmamos que hay que cumplir la ley”, dijo la fiscal de Pará, Thais Santi.

La decisión del juez tiene validez hasta que el colegiado de ese tribunal analice el proceso y confirme o no la decisión, indicó el tribunal.

Norte Energía, responsable del proyecto, informó a la AFP que no ha sido informada aún de la decisión judicial y que “todas las obligaciones y compromisos de la empresa están siendo rigurosamente cumplidos”.

La represa de Belo Monte, que se construye a un costo de casi 13.000 millones de dólares y cuenta con más de 10.000 trabajadores, está destinada a ser la tercera mayor del mundo, por detrás de la binacional brasileño-paraguaya Itaipú y la de Tres Gargantas en China.

Belo Monte podría proporcionar cuando esté en plena operación 11.233 MW, el 11% de la capacidad energética instalada del país.

Los indígenas y varios grupos ecologistas denuncian su gran impacto socioambiental.