La esposa del policía de Nueva York acusado de planear el secuestro de mujeres para comérselas lloró este lunes en el tribunal al testificar el horror que sintió al descubrir que estaba en la lista de las potenciales víctimas de su marido.

Kathleen Mangan-Valle fue el testigo estrella de la fiscalía en un juicio que comenzó con ella declarando al jurado que Gilberto Valle tenía el deseo de “canibalizar la carne humana”.

Mangan-Valle dijo que primero descubrió que su esposo -de 28 años y quien se declaró “no culpable” de conspirar para secuestrar- visitaba sitios web dedicados a fetiches sexuales violentos, cuando ambos criaban a su pequeña hija.

Entre sollozos en la atestada corte federal de Manhattan, Mangan-Valle describió su decisión de abandonar la casa con la beba tras hallar horrendas fotografías en una computadora tras una noche en la que Valle estuvo hasta tarde en Internet.

“La niña en la primera página estaba muerta”, dijo, e indicó que su marido había visitado otro sitio en la red en el que aparecían fotografías de “pies que no estaban pegados a los cuerpos”.

Señaló que su marido había intercambiado “miles de e-mails” con otros entusiastas de pornografía y muerte con los que había compartido fotos de personas que conocía.

“De repente, estaba mirando fotografías de mí y fotografías de mis amigos”, señaló.

En el plan discutido en línea, “me iban a atar de pies y manos y a cortarme la garganta”, dijo Mangan-Valle, que tuvo que salir brevemente de la sala para componerse, y mientras su esposo se tomaba la la cabeza entre sus manos en el banquillo de los acusados.

Pero la abogada de Valle, Julia Gatto, dijo que su defendido, que lleva seis años como policía de Nueva York, solo fantaseaba, e indicó que su cliente era un buen padre de familia pese a su “muy bizarra” fantasía sexual.