Europol, la policía europea, anunció este lunes el desmantelamiento de una red sospechosa de haber amañado 380 partidos de fútbol, entre ellos varios de la Liga de Campeones y clasificatorios para el Mundial, en la que estarían implicados 425 árbitros, dirigentes y jugadores.

“Nos parece evidente que se trata de la mayor investigación de todos los tiempos sobre supuestos partidos amañados”, declaró el director de Europol Rob Wainwright, en conferencia de prensa desde La Haya.

En esta actividad ilegal estarían implicados 425 dirigentes deportivos, árbitros y jugadores.

“Es evidente que se trata de la mayor investigación de todos los tiempos sobre supuestos partidos amañados”, declaró el director de Europol, Rob Wainwright, en conferencia de prensa desde La Haya, quien añadió que el caso sacude a la honorabilidad de este deporte en todo el mundo.

“Es el trabajo de una organización criminal sofisticada con base en Asia y que trabajaba con coordinadores en toda Europa”, explicó.

“El amaño de partidos es una amenaza real al fútbol… que implica a una amplia comunidad de actores. Los beneficios ilegales amenazan el entramado de este deporte”, advirtió.

Wainwright declaró que escribirá al presidente de la UEFA, Michel Platini, para exponerle los resultados de la investigación, de los que el fútbol “debería tomar nota” y estar en guardia.

En la denuncia de Europol se asegura que la mayoría de apuestas ilegales se realizaron en partidos que se jugaron en Turquía, Alemania y Suiza, pero también se sospecha de encuentros en Latinoamérica, África y Asia.

Según Mutschke ninguna región del mundo se encuentra al abrigo de este flagelo.

También se sospecha de dos partidos de la Liga de Campeones, uno de ellos jugado en el Reino Unido, 14 de la Liga Europa y algunos de clasificación para el Mundial, según los responsables de la policía europea.

Las autoridades policiales no precisaron los nombres de las personas implicadas, pero sí hablaron específicamente de un partido internacional Sub-20 entre Argentina y Bolivia, en la que un árbitro húngaro señaló un penal dudoso a favor de los argentinos en el minuto 100 de encuentro.

La red operaba desde Singapur, con apuestas de 100.000 euros por partido, lo que habría proporcionado beneficios por valor de varios millones de euros, según Europol.

Revisa el sospechado partido en Argentina: