Las importaciones cubanas de alimentos desde Estados Unidos cayeron de unos 800 millones de dólares en 2008 a 440 millones en 2012, y su tendencia es seguir a la baja, debido a las restricciones que impone el embargo, dijo este sábado un alto funcionario comercial.

Desde 2008 “comenzaron a decrecer las compras, disminuyendo a 50 %, debido a que las restricciones del bloqueo financiero, económico y comercial (…) han llevado a buscar otros mercados internacionales más competitivos”, dijo al semanario Opciones Eidel Mussi, vicepresidente de la empresa estatal Alimport.

No obstante, una delegación de representantes de estados, empresas comerciales y navieras de Estados Unidos estará presente en la XXX Feria Internacional de La Habana, que se inaugura el domingo, dijo el funcionario.

Según Mussi, en 2012, las importaciones totales de Alimport ascendieron a 1.700 millones de dólares. “Más de dos tercios se realizaron en mercados como Canadá, Argentina, Brasil, Uruguay, Vietnam y Francia, entre otros. El resto, por valor de unos 440 millones de dólares, proceden de Estados Unidos”.

Washington, que mantiene un férreo embargo sobre Cuba desde 1962, autorizó en 2001, tras el paso de un fuerte huracán por la isla, la compra de alimentos y medicinas a la isla.

Pero esas importaciones, que alcanzaron su punto más alto en 2008, están condicionadas por el pago inmediato y en efectivo, en otras monedas diferentes al dólar y las mercancías deben ser transportadas en barcos de Estados Unidos, pues los de otros países se arriesgan a una sanción de seis meses sin tocar puertos de esa nación.

Esas medidas, que implican obligatoriamente el uso de bancos de terceros países, “hacen que cobren intereses entre 8 % y 12 %, pese a que, internacionalmente, el tope que pudiera alcanzar estaría entre 4 % y 6 % de ganancia. Así Cuba eroga adicionalmente entre 40 y 50 millones de dólares cada año”, afirmó Mussi.

Cuba tampoco “puede pagar en dólares americanos (estadounidenses) sus importaciones y está obligada a hacer las transacciones en otras divisas que debe adquirir con valores cambiarios diferentes a los establecidos al momento en que firmó los contratos. Este riesgo la hace perder cada año unos 40 millones de dólares”, indicó.

Añadió que el hecho de que los buques estadounidenses que hayan sido autorizados a viajar a la isla tengan que regresar vacíos, “provoca pagos de alrededor de 25 millones de dólares anualmente”.

De la amplia cartera de productos que se adquirían en Estados Unidos- señaló- en la actualidad se mantienen compras de pollo, maíz y soya para consumo animal, así como alimentos en conserva.