La policía militarizada de la Gendarmería y la Prefectura, que cumple numerosas funciones de seguridad en Argentina, mantenía el jueves por tercer día consecutivo una protesta con concentraciones por reclamos salariales, tras ser relevadas las cúpulas de ambas fuerzas.

Los efectivos de ambas fuerzas de seguridad decidieron continuar la protesta ante las sedes centrales de ambas instituciones en Buenos Aires, luego de que el gobierno les pidiera un plazo hasta el martes para responder a un pliego de demandas, como un salario básico de 7.000 pesos (USD 1.490).

“Queremos la aprobación por escrito del petitorio”, dijo este jueves el gendarme Raúl Maza ante un grupo de sus camaradas frente el edificio central de la institución, luego de una reunión que celebraron en la madrugada los delegados del conflicto con el viceministro de Seguridad, Sergio Berni.

Los policías militarizados, que en su mayoría manifiestan con sus uniformes, también piden no sufrir represalias por participar en la protesta.

El gobierno de Cristina Kirchner relevó el miércoles a las cúpulas de las dos fuerzas a las que considera responsables de una errónea aplicación de un decreto, ahora derogado, que redujo los salarios del sector en hasta 60% y que fue el detonante del conflicto.

En tanto, los portavoces de la protesta negaron este jueves que el conflicto tuviera un objetivo “destituyente” contra la presidenta Kirchner y aseguraron que defienden la democracia, en respuesta a denuncias de organizaciones aliadas a la mandataria.

“Esto no es un golpe de Estado ni lo quiere ser, amamos la democracia y la vamos a defender, si es necesario, con nuestra propia sangre”, dijo el gendarme Maza ante sus camaradas, e insistió que su reclamo es por “un sueldo digno”.

De su lado, el portavoz de los manifestantes de la Prefectura, Diego Serrano afirmó que “avalamos la democracia cien por cien” y coincidió que la protesta se debe a una demanda salarial.

Legisladores y varios dirigentes políticos opositores habían llamado el miércoles a los manifestantes a cesar la protesta, mientras organizaciones afines a la presidenta Kirchner consideraron que “detrás del reclamo gremial de orden salarial se esconde una maniobra decididamente destituyente”.

El Ministerio de Seguridad, del que dependen ambas fuerzas, anunció este jueves en el caso de la Gendarmería que se les ha liquidado los salarios a los 32.253 efectivos de la institución sin los descuentos que preveía el decreto, señaló un comunicado oficial.

El número de gendarmes y prefectos concentrados en las respectivas sedes sobre el mediodía de este jueves era inferior al de anteriores jornadas, cuando los elementos realizaron concurridas protestas en la capital y varias ciudades del interior del país.

En la tercera jornada de protesta, efectivos de la Prefectura bloquearon el jueves el tránsito en una avenida del exclusivo barrio de Puerto Madero de Buenos Aires, una zona de restaurantes y edificios elegantes en la costa del Río de la Plata, cuya custodia de seguridad está a cargo de esa fuerza, según imágenes de la televisión.

La Gendarmería está a cargo de la custodia de la frontera terrestre argentina aunque desde hace algunos años también desarrolla labores de prevención de seguridad en áreas urbanas sensibles, al igual que la Prefectura, que con 20.000 efectivos ejerce además funciones de policía guardacostas.