El presidente egipcio Mohamed Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes, pasó a retiro este domingo al todopoderoso ministro de Defensa y jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, Husein Tantaui, y decidió anular un “decreto constitucional” que daba amplios poderes a los militares.

El mariscal Husein Tantaui, que dirigió Egipto por más de un año tras la revuelta popular que terminó con décadas de la presidencia de Hosni Mubarak, fue reemplazado por el jefe de la inteligencia militar, Abdel Fattah al Sissi.

Tantaui, de 76 años, fue durante veinte años, desde 1991 hasta febrero de 2011, el ministro de Defensa de Hosni Mubarak. Como oficial del Ejército, Tantaui participó en los conflictos de 1956 (Canal de Suez), de 1967 (guerra de los Seis Días o guerra de junio de 1967 para los árabes) y de 1973 (guerra de Yom Kippur para Israel o guerra de octubre).

El jefe del Estado Mayor del Ejército, Sami Anan, también pasó a retiro, una semana después del sangriento ataque a los guardias fronterizos en el Sinaí que apresuró una campaña militar egipcia sin precedentes en esta península que escapaba al poder de El Cairo, indicó la televisión estatal. Fue reemplazado por el general Sedki Sobhi.

Ambos recibieron el Gran Collar del Nilo, la condecoración más prestigiosa de Egipto, y permanecerán como asesores presidenciales.

Mursi también decidió anular una “declaración constitucional” adoptada por el ejército en junio y con la que el CSFA se arrogaba, entre otros, el poder legislativo, indicó su portavoz Yaser Alí.

“El presidente decidió anular la declaración constitucional adoptada el 17 de junio” por el CSFA, que dirigía entonces el país, afirmó Alí en una declaración transmitida por la televisión estatal.

“Dadas las circunstancias, este es el momento adecuado para hacer cambios en la institución militar”, dijo Murad Alí, un alto responsable de la estructura política de la cofradía musulmana, el Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ).

“Es un presidente con poderes y está ejerciendo su autoridad”, dijo Murad Alí por la sorpresiva decisión que pone a prueba el equilibrio de fuerzas entre el primer presidente civil de la historia egipcia y el todopoderoso ejército.

En otro de los anuncios de este domingo, el mandatario decidió nombrar a un vicepresidente.

Mursi designó al juez Mahmud Mekko como vicepresidente, según la agencia MENA, el segundo que se nombra en Egipto en 30 años. El ex presidente Hosni Mubarak recién designó a alguien para ese cargo cuando estalló la revuelta popular que lo obligó a dimitir en febrero de 2011. En esa ocasión, el jefe de los servicios de inteligencia Omar Suleiman, fallecido recientemente, ocupó el cargo pocos días antes de que Mubarak se viera obligado a dimitir.

Estos cambios fueron los últimos de una serie comenzada los últimos días tras el mortífero ataque en la península del Sinaí, cuando murieron 16 guardias fronterizos en una operación de un comando calificado por las autoridades como “terrorista”.

El miércoles, como consecuencia del episodio del Sinaí cerca de la frontera con la Franja de Gaza e Israel, Mursi ordenó el reemplazo del jefe de los servicios secretos, Muraf Muwafi.

También ordenó el retiro del gobernador de Sinaí del Norte, Abdel Wahab Marbuk, y el jefe de la policía militar, Hamdi Badeen, fue reemplazado ya que fracasaron las medidas de seguridad durante los funerales de los 16 guardias fronterizos en los que se gritaron eslóganes hostiles a la cofradía musulmana y se intentó atacar al primer ministro Hisham Qandil.

Las relaciones entre los islamistas y los militares fueron tensas los últimos meses.

Los islamistas obtuvieron una aplastante victoria en las elecciones al Parlamento que se organizaron en tres etapas desde noviembre del año pasado y los Hermanos Musulmanes terminaron dominando en la cámara baja.

Pero los militares disolvieron el Parlamento a mediados de junio, luego de que la Alta Corte Constitucional invalidara la Asamblea debido a un vicio jurídico en la ley electoral.