Una ola gigante de 35 metros podría arrasar las costas japonesas en caso de un violento terremoto, estiman científicos japoneses, que revisaron en alza sus previsiones en materia de tsunamis después de la catástrofe del 11 de marzo de 2011.

En el caso de un sismo de magnitud 9 en la fosa de Nankai, al sudoeste de las costas de Japón, inmensos sectores de las regiones costeras podrían quedar sumergidas por olas de más de 25 metros que afectarían desde Tokio hasta la ila Kyushu (sudoeste), indicó este equipo de científicos que depende del gabinete del Primer ministro.

En la ciudad de Kuroshio, en la prefectura de Kochi (suroeste), el tsunami podría llegar a 34,4 metros, según los cálculos de este equipo, presentados en un informe publicado el sábado en la tarde.

La ola que golpearía la central nuclear de Hamaoka – actualmente fuera de servicio – en la prefectura de Shizuoka (centro), de una altura máxima de 21 metros, pasaría por encima del dique de 18 metros que está siendo construido, destacaron los científicos.

Durante proyecciones anteriores, que datan de 2003, el equipo había entregado un informe de estimación que decía que “en el peor de los casos” ningún lugar del Japón podría ser afectado por una ola de más de 20 metros.

En el sismo de 11 de marzo de 2011, de magnitud 9, olas de 15 metros arrasaron las regiones costeras del noreste del país, mataron a 19.000 personas y provocaron en la central de Fukushima la mayor catástrofe nuclear desde la de Chernobyl (Ucrania) en 1986.

En su informe, los científicos japoneses destacan que la situación que evocan corresponde al “peor de los tsunamis posibles” y que “su eventualidad es extremadamente escasa”.

El gobierno japonés tomará como base las conclusiones de estas investigaciones para elaborar medidas de urgencia, agregó el equipo científico.