Venezuela repudió este jueves los “actos de provocación” del gobierno del Reino Unido hacia Argentina, luego de que Londres anunciara que enviará uno de sus buques de guerra más modernos a las Malvinas, y dijo que Buenos Aires “no está sola” en su reclamo soberano por las islas.

El gobierno venezolano “repudia de la manera más contundente los repetidos actos de provocación e intimidación del gobierno del Reino Unido hacia la República Argentina, a propósito de las Islas Malvinas”, señaló un comunicado de la cancillería.

“La decisión de enviar un buque de guerra a las Malvinas, junto con las declaraciones agresivas del Primer Ministro David Cameron y del Canciller William Hague (…) evidencian una actitud inaceptable” que “genera el rechazo de todo el continente latinoamericano y caribeño”, dijo el texto.

Venezuela enfatizó que Argentina “no está sola en su legítima reclamación al derecho a su soberanía” sobre las islas y recomendó al Reino Unido reanudar el proceso para negociar “una solución pacífica y definitiva a dicha disputa”.

El Reino Unido anunció el martes que enviará “en los próximos meses” uno de sus buques de guerra más modernos al Atlántico Sur para reemplazar a la fragata que patrulla la zona.

Ante el anuncio, el gobierno argentino acusó al Reino Unido de intentar militarizar el conflicto por las Malvinas y lamentó la próxima llegada al archipiélago austral del príncipe Guillermo.

Londres señaló, sin embargo, que se trataba de un “despliegue de rutina” y no de una respuesta a la reciente escalada verbal entre ambos países al acercarse el 30 aniversario de la guerra de las Malvinas que los enfrentó en 1982.

“La Argentina forma hoy parte de un sólido bloque regional que no permitirá que se le intimide ni se le agreda, y que siente como propia esta justa causa del pueblo argentino”, insistió Caracas, en alusión a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

La escalada verbal entre Londres y Buenos Aires por la soberanía de las Malvinas se acentuó en los últimos días tras la decisión del Mercosur de prohibir el ingreso en sus puertos de buques con pabellón de este archipiélago, ocupadas por el Reino Unido desde 1833, en solidaridad con la reivindicación argentina.