La justicia frenó el viernes la demolición de La Casa Suiza, una antigua sala con frente de estilo art decó en Buenos Aires, donde cantó Carlos Gardel y fue refugio de las Madres de Plaza de Mayo en la dictadura, y en la que se iba a construir una torre de oficinas.

“La justicia resolvió que La Casa Suiza forma parte del patrimonio histórico y cultural de la ciudad de Buenos Aires, por lo que no puede ser demolida ni afectada”, informó el abogado Lisandro Teskiewicz, representante de un movimiento de vecinos y ONGs que se oponía a la destrucción del edificio, en el céntrico barrio de Congreso.

La Casa Suiza, que desde 1895 comenzó a recibir a los primeros inmigrantes suizos en Argentina, albergó también durante casi 60 años las expresiones musicales afroargentinas de la época colonial y es considerada el último baluarte de esa cultura.

La noticia fue festejada al ritmo de candombe por descendientes de afroargentinos, vecinos y la ONG Basta de Demoler, que se habían convocado a una marcha frente al deteriorado inmueble, cerrado en 2009 y que está a cargo de la Sociedad Filantrópica Suiza.

La alcaldía de Buenos Aires “ya fue notificada, por lo que tiene tiempo hasta el miércoles próximo para responder y, en caso de incumplir, veremos qué acciones judiciales tomaremos”, dijo Teskiewicz a periodistas en el lugar.

“Queremos que se impida la demolición y que la propiedad vuelva a ser un lugar de difusión cultural. Salvo que la justicia ponga el freno, la demolición es cuestión de días”, había advertido el antropólogo Pablo Cirio y miembro de la asociación Misibamba, que agrupa a los descendientes afroargentinos.

El embajador de Suiza en Argentina, Johannes Matyassy, dijo a la AFP que entiende “las reacciones emocionales, pero hay que hacer algo y ver cuál es la alternativa para financiarla”.

“La Casa Suiza tiene un valor histórico y simbólico muy importante, pero todos se dieron cuenta de que en este estado no se podía seguir. Todos los que protestan tienen que ver las alternativas para el financiamiento”, dijo el diplomático, quien aclaró que la embajada a su cargo ya no tiene vinculación con el inmueble.

En la sala de la Casa Suiza, cuyo frente original se modificó en 1937 por uno de estilo art decó, se presentaron a través de los años populares artistas de estilos tan diversos como el cantor de tangos Carlos Gardel, el baladista Sandro y el roquero Patricio Rey.

La legisladora opositora capitalina, la cantante Susana Rinaldi, recordó que además de haber sido albergue de inmigrantes suizos desde finales del siglo XIX, “en los años 70 dio refugio en su sótano, por tres días, a las Madres de Plaza de Mayo cuando eran perseguidas, a poco de comenzar sus reclamos de justicia” por sus hijos desaparecidos.

“La casa tuvo varias amenazas de demolición y, según los vecinos, los miembros de la hoy casi inactiva Sociedad Filantrópica habrían aceptado vender el valioso terreno a cambio de algunos pisos en el nuevo edificio para continuar con el funcionamiento de su sede”, dijo cuando pidió informes al gobierno comunal (derechista) sobre el proyecto de obra en ese predio.

En medio de una fiebre de la construcción en la capital argentina, en los últimos 4 años, las autoridades municipales recibieron más de 5.000 pedidos de demolición en Buenos Aires, de los cuales apenas 989 edificios fueron protegidos, según las organizaciones conservacionistas.

Una jueza acaba de dar lugar a un recurso de amparo de esas organizaciones, prohibiendo toda demolición de edificios anteriores a 1941 en Buenos Aires, aunque los permisos para derribar la Casa Suiza son anteriores.