Familiares y médicos afirmaron que el opositor cubano Juan Soto murió a consecuencia de sus enfermedades y que nunca les dijo haber recibido una paliza policial, como asegura la disidencia, según publicó este jueves al diario oficial Granma.

“Eso de que lo golpearon es una gran mentira. No tenía ninguna marca de golpeadura, todo es un invento”, declaró la hermana del disidente, Rosa Soto, al órgano del Partido Comunista.

Soto falleció el domingo en un hospital de Santa Clara, 280 km al este de La Habana, tres días después de haber sido brevemente detenido en el parque central de la ciudad, según las autoridades por “alteración del orden”.

La disidencia, según la cual Soto era el único opositor de su familia, sostiene que fue “brutalmente golpeado” por la policía durante la detención y que así lo contó al opositor Guillermo Fariñas cuando salió de la estación policial.

“Fui a verlo al hospital y no observé ninguna señal de violencia. Además, si le hubieran dado tan solo un arañazo, de seguro él me lo hubiera dicho porque yo era de su entera confianza”, dijo al rotativo Madelín Soto, sobrina del fallecido.

El forense Ricardo Rodríguez, quien le practicó la autopsia, señaló que la “causa de fallecimiento fue una pancreatitis aguda” -como sostiene la versión oficial-, y el médico Néstor Vega reseñó que Soto, a quien trataba desde 2008, padecía varias enfermedades con “un pronóstico reservado de vida”.

La disidencia sostiene que la “golpiza” pudo ser el detonante de la pancreatitis, y pidió que forenses de “reconocido prestigio internacional” que no sean empleados del gobierno comprueben el diagnóstico divulgado.

Rodríguez dijo que es “imposible” que la pancreatitis haya sido provocada por violencia y que “un trauma, para que llegue al páncreas, tiene que ser visible”.

Fariñas, Premio Sajarov-2010 tras una huelga de hambre de 135 días contra el gobierno, dijo haber visto el cadáver y que tenía hematomas en la región lumbar.

Granma señaló que un vendedor de flores del parque afirmó haber visto el arresto por parte de dos policías, que Soto gritó consignas contra el gobierno y que no hubo “el más mínimo forcejeo”.

Los disidentes, considerados por el gobierno “mercenarios” de Washington, hasta ahora no presenta testimonio de testigos.