Los precios del petróleo cayeron este martes en Nueva York, así como en Londres, en un mercado socavado por el agravamiento de la crisis nuclear en Japón, que compromete la recuperación del país luego del violento sismo que la golpeó.

En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de West Texas Intermediate (designación del “light sweet crude” negociado en EEUU) para entrega en abril terminó en 97,18 dólares luego de caer 4,01 dólares (cerca de 4%) en relación al lunes.

En el Intercontinental Exchange de Londres, el barril de Brent del mar del Norte con el mismo vencimiento perdió 5,15 dólares, a 108,52 dólares.

“La caída del índice Nikkei (más de 10% en Tokio, ndlr), las expectativas de demanda revisadas a la baja, simples liquidaciones de posiciones sobre las materias primas por inversores que buscan neutralizar sus pérdidas en los mercados bursátiles, todo eso contribuyó a hacer caer los precios”, explicó Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.

El mercado petrolero, al igual que el conjunto de los mercados financieros mundiales, teme que la crisis nuclear se agrave en Japón luego de la nueva explosión e incendio en la central de Fukushima 1, donde los accidentes se suceden desde el violento sismo del viernes.

“La situación actual equivale casi a retirar la tercera economía mundial del mercado. Eso va a tener un impacto considerable sobre la demanda”, explicó Tom Bentz, de BNP Paribas.

“Esto incrementa los temores e inquietudes sobre el tiempo que llevará a Japón recuperarse” de esta catástrofe natural, agregó el analista.

Concentrados en la situación de Japón, los inversores ignoraron los últimos episodios de la crisis en el mundo árabe.

En Bahrein, país vecino de Arabia Saudita, uno de los principales productores mundiales de petróleo, el rey Hamad Ben Issa Al-Khalifa proclamó el estado de sitio por tres meses, luego de la llegada de tropas del Golfo con el cometido de ayudar a contener la rebelión chiita.

Esta situación “es una importante fuente de inquietud” subrayó Andy Lipow. “Se diría que lo que pueda pasar con la minoría chiita en Arabia Saudita pone muy nerviosos a los saudíes”, precisó Lipow.