Un joven de 22 años comparece el lunes ante una corte acusado de un ataque a balazos en Tucson, Arizona, que el sábado causó la muerte a 6 personas y dejó gravemente herida a una congresista estadounidense.

El presidente Barack Obama llamó a los estadounidenses a observar un minuto de silencio este lunes por las víctimas al tiempo que algunos funcionarios se preguntaban si la división política en el país entró en una espiral fuera de control.

Herida en la cabeza, la congresista Gabrielle Giffords, de 40 años, permanece en coma inducido. Fuera del hospital de Tucson numerosas personas han dejado velas, flores y notas incluyendo una que decía: “¡Lucha, Gaby, lucha!”.

Jared Loughner, de 22 años, disparó 31 tiros cuando Giffords se reunía el sábado con electores en el estacionamiento de un supermercado de Tucson, dijeron los autoridades. Seis personas murieron y 14 resultaron heridas.

El pistolero fue dominado cuando intentaba recargar su pistola Glock 9mm semi-automática comprada en una tienda local.

Entre los muertos se cuentan un juez federal y una niña nacida el trágico 11 de setiembre de 2001 cuando Estados Unidos fue blanco de ataques terroristas.

Los fiscales dijeron que Loughner fue acusado de cinco cargos, incluidos asesinato e intento de asesinato y comparecerá ante la corte en Phoenix, la capital de Arizona, 185 km al norte de Tucson.

“A medida que la investigación continúe, es posible que se presenten cargos adicionales”, dijo a la prensa Robert Mueller, director de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) en Tucson.

La policía interrogó a un taxista que fue visto entrando con Loughner en la tienda ante la que ocurrió el tiroteo pero concluyeron que sólo buscaba cambio para su cliente, dijo el comisario adjunto Jason Ogan.

La fiscalía dijo que Loughner había ido a un acto político similar de Giffords en 2007. Al revisar una caja fuerte en la casa del acusado, quien vivía con su familia, los investigadores encontraron una carta de Giffords agradeciéndole su presencia en aquel acto, dijeron las autoridades.

En esa caja fuerte fue hallado también un sobre con notas manuscritas con frases como “Planeé de antemano”,”Mi asesinato” y “Giffords”, según las mismas fuentes.

Los investigadores rehusaron hacer comentarios sobre el estado mental de Loughner o sus motivos para perpetrar la matanza.

En varios sitios de Internet escribía extrañas elucubraciones sobre la creación de una nueva moneda y criticaba por “analfabetos” a los residentes de Tucson.

El colegio Prima Community, al cual asistió, dijo que Loughner había sido suspendido por inconducta y fue sacado en octubre tras incidentes en la biblioteca o en la sala de aulas, según el diario The New York Times.

Clarence Dupnik, sheriff del condado, criticó el clima político de Arizona que el año pasado saltó a la escena internacional con duras leyes contra la inmigración; especialmente de México que está a una hora de Tucson.

“La retórica del odio, de la desconfianza al gobierno, de la paranoia sobre cómo opera el gobierno (…) impacta en la gente”, dijo Dupnik, miembro del Partido Demócrata de Obama.

Giffords, una demócrata de centro, es una de las principales defensoras de la reforma migratoria. Y aunque se ha mostrado favorable a reforzar la seguridad en la frontera, también tomó distancia a mediados de 2010 de la controvertida ley que buscaba criminalizar a los inmigrantes ilegales.

Ganó un tercer mandato en noviembre, cuando se impuso sobre el candidato Jesse Kelly, respaldado por el movimiento republicano ultraconservador Tea Party.

La ex candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, favorita del Tea Party, había puesto el nombre de Giffords en lo que ella llamó una “lista negra” debido al apoyo de la congresista a la reforma de salud de Obama.