El jefe de los servicios secretos británicos (MI6), John Scarlett, negó las acusaciones de tortura, cuando sus agentes están en el punto de mira por su presunta participación en abusos cometidos contra sospechosos de terrorismo en el extranjero.

El máximo responsable de la agencia de inteligencia exterior británica afirmó que sus agentes estaban comprometidos con los derechos humanos y la democracia, en su tarea de velar por la seguridad de sus conciudadanos.

Scarlett reafirmó, por otra parte, la independencia de los servicios británicos con respecto a sus homólogos estadounidenses.