No cabe duda que la columna publicada el año pasado por el sitio Loserpower dio un “revival” a Fruna, una de las marcas de confites que más ha perdurado en los almacenes.

Los productos de esta particular empresa chilena evocan nuestro pasado, el colegio o la época lejana en que los negocios de barrio eran mucho más frecuentados que los supermercados.

Pero este reimpulso está lejos de ser mérito del citado portal. La trayectoria de la empresa fundada por la familia Santiesteban en los años 60 ha sabido desafiar a las grandes empresas y mantenerse en el mercado.

Uno de sus productos estrella, el clásico “Tabletón“, es el que ahora concita el protagonismo. A través de sus redes sociales, Fruna confirmó que desde mañana se encontrará disponible un “balde” que contiene 1,3 kilos del producto que se niega a desaparecer de la memoria colectiva.

Los primeros afortunados serán los habitantes de la Región Metropolitana, ya que el poco discreto balde será puesto a la venta en la capital a partir del martes 12 de enero. Desde el miércoles, la venta se extenderá a regiones.

¿El precio? Según detalló la misma empresa en Twitter, en Santiago el balde será vendido a .500, mientras que en el resto del país podría alcanzar los .800.

La noticia ha causado un gran revuelo en las redes sociales, y el serio lamento de quienes pretendían mantener la línea este verano.

El recipiente contiene también la historia de cómo nació el producto. Se trató más bien de un “error no forzado”, ya que a los fabricantes se les había encargado originalmente desde un colegio la elaboración de galletas con sabor de naranja, aunque al prepararla no se percataron que la esencia añadida era vainilla.

“Las galletas llegaron al colegio, el colegio las rechazó y nos mandaron las galletas de vuelta a la fábrica. El rey del confite o Don Fruna, para no moler la galleta otra vez, pensó y se le ocurrió la brillante idea de bañarlas en chocolate“, reza el texto que se puede leer en el balde. El resto es historia.