Durante la tarde de este viernes el -próximamente ex- ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo, comenzó los preparativos para retirarse de la oficina que ocupó por poco más de un año en La Moneda. Pese a que aún no hay anuncio oficial, esto se ratificará cuando se de a conocer el cambio de gabinete.

La decisión la tomó la presidenta Michelle Bachelet en este periodo de reflexión, tras el cual decidió sacar del Ministerio de Interior al secretario de estado más joven y quien fuera el su brazo derecho desde 2006, cuando ejerció como su jefe de gabinete en su primer mandato.

Peñailillo ya se despidió de sus asesores y ahora comenzará una nueva etapa, tras pasar por un periodo de fuertes críticas y emplazamientos transversales que le llegaron desde ambos flancos políticos, pero más aún, desde la opinión pública, que se mantuvo atenta al desarrollo de esta verdadera crisis de confianza que cayó sobre el jefe político de La Moneda.

Recordemos que los problemas para el ingeniero comercial comenzaron cuando se dio a conocer su relación con Giorgio Martelli, geógrafo y recaudador de la Nueva Mayoría que pagó por tres informes realizados por Peñailillo en 2012, pero a la vez, en el mismo periodo, recibió más de 246 millones de pesos de la cuestionada empresa de Julio Ponce Lerou, SQM, a través de su filial Salar.

Si bien no hubo un ilícito en torno a estos trabajos, las críticas surgieron por la dificultad que puso Peñailillo a la hora de dar a conocer sus estudios, los cuales apuntaban principalmente a la política económica europea.

Más aún, los cuestionamientos aumentaron cuando se conoció que sus asesores más cercanos también emitieron boletas para Martelli en un periodo en que se especulaba sobre el retorno de Michelle Bachelet, levantando suspicacias de un eventual financiamiento irregular a la campaña presidencial de La Nueva Mayoría.

De la FEUBB al Ministerio de Interior

Rodrigo Peñailillo Briceño pasó sus primeros años de vida en Cabrero, tuvo una breve estancia en Santiago tras la muerte de su padre y retornó a la región del Bío Bío para vivir sus años de estudiante entre Coronel y Concepción. En la década del 90’ se tituló de ingeniero comercial en la Universidad del Bío Bío, tiempo en que se convirtió en líder de su federación de estudiantes y más tarde en miembro de la Confech, con un papel importante, pues fue quién concretó una negociación con el Gobierno de Eduardo Frei en 1996. Negociación que, por cierto, terminó con un quiebre entre los universitarios de la época.

De ahí en adelante comenzó su historia en las esferas de poder, uniéndose a la ‘Fundación Chile 21’, lo que lo acercó a Francisco Vidal y a Ricardo Lagos, a quien siguió en su campaña en 1999. Con la victoria de este último ingresó a la Subdere y a partir del 2000 lideró la juventud del PPD. Sólo un año después, el mandatario lo nombró Gobernador de la Provincia de Arauco, cargo al que llegó con sólo 28 años (el más joven de la época) y en el que permaneció hasta 2005 antes de dejarlo en manos de su asesor jurídico, el abogado Alex Matute Johns, cuando nuevamente decidió ser parte de una carrera presidencial, pero esta vez, la de Michelle Bachelet.

Cabe destacar que su periodo en la Gobernación no pasó inadvertido pues, por un lado, implementó Área de Desarrollo Indígena (ADI) con varios acercamientos a la etnia, y por otro, dejó su firma en once querellas -una de ellas por Ley Antiterrorista y otra por Ley de Seguridad Interior del Estado- relacionadas con tomas de fundo por parte de mapuche.

Camino a la Moneda

En el primer mandato de la actual presidenta, Peñailillo o “El Peña”, como le llaman sus amigos, jugó un rol fundamental como jefe de gabinete, puesto al que llegó también recomendado por Francisco Vidal (PPD) y con la venia de la propia Bachelet, ya que lo ubicaba de la época en que compartieron en el comando de Lagos 7 años antes. Por esto pasó a ser de confianza, llevando el control de la agenda presidencial entre 2006 y 2009 junto a su par, la conocida asesora y amiga de la presidenta, María Angélica Álvarez, con quien logró buenas relaciones en aquellos años, un tiempo que también le sirvió para fortalecer su cercanía y lealtad con Bachelet.

Agencia UNO

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Fue un buen periodo para Peñailillo, pero llegó el fin de la administración y un cambio en las caras políticas con la llegada de La Alianza y Piñera a La Moneda. Era hora de emprender el camino, y como es costumbre para muchos ex personeros de Gobierno, Peñailillo lo hizo emigrando al extranjero para cursar un master en ‘Análisis Político’ con una beca en la Universidad Complutense.

Fidelidad y bajo perfil

No perdió el contacto con Bachelet, quien lo visitó en 2011, mientras ella dirigía ONU Mujer y él continuaba sus estudios en Madrid. Luego – cuentan cercanos – Rodrigo Peñailillo viajó en más de una oportunidad a Nueva York, incluso se les vio comprando en un mercado local de Manhattan. De ahí en adelante comenzó a pavimentarse el camino de regreso a La Moneda para el ingeniero, que mantuvo su fidelidad a la mandataria y su ya conocido bajo perfil en la esfera pública.

A poco de regresar a Chile, en noviembre de ese año, se integró al cuerpo académico de la escuela de postgrados de la Universidad Central, invitado por un ex asesor de Ricardo Lagos, y a la ‘Fundación Dialoga’, la plataforma del bacheletismo durante el gobierno de La Alianza.

Ya en 2012 contactó al ex ministro Enrique Correa, líder y dueño de la empresa de lobby y comunicaciones Imaginacción, para que se encargara de desarrollar la estrategia comunicacional para contener la crisis que se avecinaba debido al “Caso Tsunami”, en el cual los diputados de La Alianza imputaban a Peñailillo “una responsabilidad menor por ignorar peticiones de la Onemi” y a Bachelet “una responsabilidad gravísima”.

Agencia UNO

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El regreso

Las ideas de una precampaña se instalaron en 2012, y aunque no fue confirmada, en marzo los medios ya hablaban de él como “el embajador de Bachelet” o “la voz oficial”, que se encargaba de coordinar las posturas de la Nueva Mayoría y el Bacheletismo que promovía la repostulación de la, en ese entonces, directora de ONU Mujer.

Según publicó la revista ‘Qué Pasa’ en su edición del 13 de junio de 2013, en marzo de ese año Peñailillo volvió a viajar a Nueva York a reunirse con Bachelet, pero esta vez para “exponerle a la ex mandataria su trabajo de los últimos meses, con todos los preparativos para su regreso”, ya que “había estado trabajando durante un año en la operación, con un reducido equipo de militantes PPD de su plena confianza”, entre ellos Harold Correa, compañero de la llamada G-90 y el ex PC que fue expulsado del PS Robinson Pérez.

Además, quedó enmarcado como el hombre logró encaminar las negociaciones con el Partido Comunista para que entregaran su apoyo a Bachelet.

De ahí en adelante la historia es conocida: En marzo de 2013 se anuncia la postulación presidencial de Michelle Bachelet y Peñailillo es nombrado secretario ejecutivo de la campaña, en la cual aparece escoltado por los voceros del comando, Álvaro Elizalde y Javiera Blanco, además del jefe programático, Alberto Arenas.