En horas de la noche, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, publicó a través de su sitio web una larga carta en la que señala el “estupor” que causó la muerte del fiscal Alberto Nisman y se pregunta qué lo llevó a tomar “la terrible decisión de quitarse la vida”.

La mandataria sostiene que hay un “intento de convertir en encubridores” a quienes “más han hecho por el esclarecimiento del atentado” y defendió lo actuado por su gobierno.

“Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron. Porque los delitos no tienen razones, sólo tienen móviles, y en Argentina todavía debemos explicar lo más obvio y simple”, señala el texto.

Los primeros resultados de la autopsia del persecutor apuntaron la hipótesis de un suicidio, en vísperas de aclarar el lunes su denuncia contra la presidenta por “encubrir” a Irán en la causa por el atentado antisemita de 1994 en Buenos Aires.

Un comunicado de la fiscal que lleva el caso, Viviana Fein, precisó que, según los resultados preliminares de la autopsia, “no hubo intervención de terceras personas“.

“Se va a investigar si hubo algún tipo de inducción o instigación a través de amenazas, ya sea a través de llamados o mensajes de texto”, afirmó Fein en declaraciones a Radio América.

“De acuerdo a la autopsia, el fiscal Nisman se disparó. No hay margen de dudas”, aseguró Fein, luego de indicar que murió de un disparo de un arma calibre 22, sin dejar cartas ni testigos del suceso.

Pese a afirmar que no hubo terceras personas en la escena del crimen, Fein apuntó que espera pericias adicionales para poder descartar otra hipótesis.

Nisman, de 51 años, acusó el miércoles pasado a Kirchner, Timerman y otros allegados al gobierno de haber tramado una “maniobra” para “encubrir” a Irán por su supuesta implicación en el atentado contra la mutual judía AMIA, que dejó 85 muertos y 300 heridos en 1994.

Dos años antes, el 17 de marzo de 1992, 29 personas murieron por una explosión en la embajada de Israel en la capital argentina.

Nisman había sido designado en 2004 por el entonces presidente Néstor Kirchner como fiscal especial para la causa AMIA, un año después de que un juicio fuera anulado por irregularidades en la investigación.

El fallecimiento se anunció el mismo día en que Nisman debía comparecer ante el Congreso para explicar su denuncia contra Kirchner y el canciller Héctor Timerman.

Poco después del hallazgo del cadáver, Kirchner ordenó desclasificar información de Inteligencia relacionada con la investigación del atentado solicitada por el fiscal la semana pasada.

“Yo soy Nisman”

Al caer la noche, miles de personas manifestaron en Buenos Aires y otras ciudades del país su apoyo a Nisman, mientras que en diferentes barrios se escucharon el sonar de cacerolas y el sonido de los claxon.

“A Nisman lo mandó matar el gobierno. Quieren impunidad, pero nosotros no tenemos miedo. No querían que develara las pruebas que tenía contra el gobierno por encubrir a Irán”, dijo a la AFP Leticia Lapalura (55), comerciante.

Entre los presentes, que aplaudían y gritaban “Asesina” mirando a la Casa de Gobierno, había algunos que portaban el cartel “Yo soy Nisman”, parafraseando el mensaje que circuló en las calles y en las redes sociales luego del ataque al semanario satírico Charlie Hebdo en París a principios de enero.

Incluso en Punta del Este, balneario ubicado a 140 km al este de la capital uruguaya, unos 500 argentinos salieron a las calles, convocados a través de las redes sociales, con banderas argentinas y pancartas con leyendas como “Yo soy Nisman”, “Kretina” o “Asesina”, en referencia a la mandataria argentina, informaron medios locales.