Shirley Zussman es una terapeuta sexual radicada en Nueva York (Estados Unidos) que tiene 100 años, de los cuales 50 dedicó a aconsejar a las personas sobre sexo.

En entrevista con la revista norteamericana Time, la dedicada especialista entregó sus pensamientos en torno a la sexualidad actual. “Yo no creo que sea tan frenética como el sexo casual en los años sesenta”, expresa, señalando que el concepto moderno ‘enganchar’ no es tan emocionante sin el contexto de una revolución sexual. “En el largo plazo, el placer sexual es sólo una parte de lo que hombres y mujeres quieren el uno del otro”, expresa.

En su larga carrera, la doctora Zussman ha sido testigo de la legalización de la píldora anticonceptiva en 1960, la epidemia del SIDA en 1980 y el aumento de la pornografía en Internet, entre otros acontecimientos relacionados con el sexo.

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Shirley, quien nació en la víspera de la Primera Guerra Mundial, se graduó de la Universidad de Smith en 1934 y en la década de 1960 se enteró de la terapia sexual del matrimonio compuesto por el ginecólogo William Masters y la trabajadora social Virginia Johnson, quienes fueron la inspiración de la serie Masters of Sex, y llamaron su atención para involucrarse en esta disciplina.

Sus opiniones respecto a la vida sexual actual

Esta reconocida terapeuta cree que el acelerado ritmo de vida actual le juega una mala pasada al sexo. “La gente está ocupada todo el tiempo. Eso no pasaba cuando yo estaba creciendo. En esta etapa de nuestro desarrollo, queremos cubrir todo, queremos saber todo, queremos hacerlo todo, y también nuestra economía personal requiere una inmensa cantidad de tiempo y esfuerzo”, dice Shirley, agregando que cuando tienes la presión constante de ganar más dinero, se limita la energía, el deseo y el tiempo.

“Es una consecuencia de estar agotado … El problema más común que veo es la falta de deseo, la falta de interés. Había una paciente que me dijo: ‘Yo amo a mi marido, me encanta hacer el amor con él, pero vengo a casa del trabajo, he estado con gente todo el día, sólo quiero dormir’ “, expone.

Pero no todo es negativo. Ella dice que en la actualidad hay una mayor apertura en torno al sexo, mientras que antes la gente se avergonzaba de pedir ayuda y si bien hoy algunos también se resisten a la idea, muchos la consideran.

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Con respecto a la diferencia entre las relaciones sexuales casuales en los años 60 y las de hoy, Zussman cree que “hay un gran cambio en la manera de ver el sexo casual. En los años 60 no fue sólo casual, era frenético. Era algo que se esperaba que sucediera, que querías que sucediera, era una especie de loca persecución del placer sexual. Pero creo que con el tiempo las desventajas de ese tipo de comportamiento comenzaron a ser evidentes (…) La intimidad emocional no estaba allí en la forma en que las personas necesitan y desean. Había una preocupación por las enfermedades sexuales, y luego, eventualmente el SIDA tuvo un impacto importante en calmar esa emoción”, opinó.

A ello agregó que “el placer sexual es sólo una parte de lo que los hombres y las mujeres quieren el uno del otro. Ellos quieren la intimidad, quieren cercanía, quieren ser entendidos, quieren divertirse, y quieren a alguien que realmente se preocupe por ellos más allá del sexo”. Y esto último, se busca más hoy en día.

“Creo que en la actualidad el sexo casual incluye algunos aspectos del tipo de sexo de los ’60, pero de una manera muy modificada y limitada. No es tan frenético”, enfatizó.

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En relación al auge de la pornografía en internet, la terapeuta entrega una visión particular. “Ha existido desde tiempos prehistóricos. Creo que es algo saludable que las personas tengan la capacidad y la libertad de permitirse fantasear. Pero tengo un buen número de pacientes que se sientan delante del computador a ver pornografía en línea, y de alguna manera pierden el interés en la búsqueda de una pareja. Veo que muchos hombres solteros que no hacen el esfuerzo por salir al mundo para hacer frente a los problemas y enfrentarse al posible rechazo”, sino que satisfacen sus necesidades sexuales frente al computador, explica.

Por último, la experta se refirió a cómo los celulares están matando la cercanía física. “Estoy sorprendida por la falta de conexión entre la gente debido a los smartphones. Hay mucho menos conexión física real. Hay menos caricias, hay menos conversación, hay menos participación, hay menos miradas” indicó.

“Las personas obtienen placer al mirarse el uno al otro. Desde una sonrisa hasta el tacto. Tenemos que tocar para sentirnos queridos y amados. De eso carece tanto esta generación. La falta de miradas, la falta de caricias, la falta de sonrisas. No lo entiendo. No entiendo cómo la gente se está perdiendo de eso, y no parecen pensar que así es”, concluyó.