Las esperanzas de que posterior la lectura del inapelable fallo de la Corte Internacional de Justicia las controversias limítrofes entre Chile y Perú quedaran por completo resueltas, podrían esfumarse a raíz de la figuración de un nuevo espacio en disyuntiva, sobre el cual ambas naciones mantienen antiguas diferencias.

Se trata del denominado triángulo terrestre, que no debe ser confundido con el triángulo exterior. Éste se forma involuntariamente producto de la interpretación dispar del fin de la línea fronteriza chileno-peruana.

Los dos Estados lo codician

Según Chile el triángulo terrestre le corresponde, ya que el término de su territorio en el linde norte queda delimitado por la proyección hacia la costa en línea recta del Hito 1.

Triángulo terrestre | Planiglobe (C)

Triángulo terrestre | Planiglobe (C)

De hecho, tras la reciente entrega de la resolución del tribunal de La Haya, que respaldó la posición nacional cuando declaró que la frontera marítima se dibuja en base al paralelo que atraviesa el Hito 1, el Presidente Sebastián Piñera manifestó conforme que tal aseveración jurídica “ratifica nuestro dominio sobre el triangulo terrestre respectivo”.

Perú en cambio, amparado en el tratado de 1929 (que le devolvió Tacna y zanjó a Arica como provincia chilena), señala que el manto territorial en cuestión se suma a su geografía, ya que la frontera con Chile, para ellos, se ultima en el Punto Concordia, unos 264 metros al suroeste del Hito 1.

Postura que subrayó el lunes la canciller peruana Eda Rivas, quien precisó en la televisión del vecino país que “la frontera terrestre está ya demarcada, comienza en el Punto Concordia y esto desde el tratado del ’29″, a lo que agregó, refutando a Piñera, que el triángulo terrestre “no está en controversia”, pues le pertenece a Perú.

Perú, con tierra pero sin mar

La posición del gobierno peruano obliga a que el triángulo terrestre, de mantenerse en su dominio, se transforme en costa seca, es decir tierra soberana cuyo mar, paradójicamente, corresponde a otro país, en este caso Chile.

“Vamos a tener unos 300 metros de costa seca. No es lo usual, pero hay seis casos en el mundo en que se ha determinado que hay costa seca”, señaló Rivas a TV Perú, consigna el diario El Comercio.

De todos modos, pese a las notorias distancias entre las visiones de ambos estados, la posibilidad de una nueva incursión en la Corte Internacional parece difícil, ya que el Artículo 12 del tratado de 1929 alza a Estados Unidos como árbitro válido en caso de discrepancias en la lectura de los límites terrestres.

Hasta ahora tanto una mediación como una eventual demanda por el triángulo terrestre no han sido siquiera mencionadas por las autoridades, en la medida que Chile y Perú niegan la disputa y aseguran tener potestad excluyente sobre este inocuo terreno, de poco más de 36 mil metros cuadrados.