Los abrazos son más que una manifestación de cariño, ya que pueden hacer más por ti de lo que piensas.

De hecho, la respetada terapeuta familiar Virginia Satir, afirma que “necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantenernos y 12 para crecer”.

Para el maestro de yoga y terapeuta, Marcus Julian Felicetti, abrazar es una poderosa manera de sanación, pues no sólo ayuda a sobrellevar mejor las enfermedades, sino que también ayuda a combatir la soledad, la depresión, la ansiedad y el estrés.

Él entregó algunas razones para abrazar al menos 8 veces al día:

1. Ayuda a la comunicación: Un abrazo genera confianza y un sentido de seguridad. Esto ayuda a la comunicación abierta y honesta.

2. Alivia sentimientos de soledad o ira: Los abrazos pueden aumentar instantáneamente los niveles de oxitocina, otorgando una sensación de bienestar y contrarrestando los sentimientos de soledad, aislamiento e ira.

3. Mejora el estado de ánimo: Un abrazo prolongado eleva los niveles de serotonina, mejorando el estado de ánimo.

4. Fortalecen el sistema inmunológico. La suave presión sobre el esternón y la carga emocional que esto crea estimula la glándula del timo, que regula y equilibra la producción de glóbulos blancos en la sangre, ayudándote a mantenerte sano.

5. Eleva la autoestima. Los abrazos nos hacen sentir amados y especiales. De hecho, muchos especialistas asocian el autoestima a las sensaciones táctiles de nuestros primeros años de vida. Los mimos que recibimos de nuestra mamá y papá mientras crecimos nos marcan, y conectan con nuestra capacidad de querernos y respetarnos a nosotros mismos.

6. Relaja los músculos. Losa abrazos liberan la tensión en el cuerpo. Pueden incluso calmar algunos dolores al estimular la circulación en los tejidos blandos.

7. Equilibran el sistema nervioso. El efecto de la humedad y la electricidad en la piel que da un abrazo puede equilibrar nuestro sistema nervioso.

8. Nos enseñan cómo dar y recibir. Los abrazos nos educan sobre cómo fluye el amor en ambos sentidos.

9. Son parecidos a la meditación y la risa. Los abrazos nos alientan a fluir con la energía de la vida. Además, nos sacan de nuestros patrones de pensamiento y conectan con los sentimientos, equilibrando nuestra respiración.

10. Fomentan la empatía y la comprensión. Y eso beneficia a todos.