La Asamblea General de la ONU adoptó el martes en Nueva York, el primer tratado que reglamenta el comercio internacional de armas clásicas, pese a la abstención de algunos de los mayores actores de este mercado.

El tratado, una propuesta original de Costa Rica, fue aprobado por una fuerte mayoría de 154 votos a favor, 3 en contra (Siria, Corea del Norte e Irán) y 23 abstenciones, entre estas últimas las de Rusia, China, India y los países latinoamericanos del ALBA.

Este tratado es el primero que reglamenta la venta de armas convencionales, un mercado de unos 60.000 millones de dólares al año, y el primer texto mayor sobre desarme desde la adopción de la prohibición de ensayos nucleares en 1996.

El principio del tratado consiste en que cada país debe evaluar, antes de toda transacción, si las armas vendidas pueden ser utilizadas para eludir un embargo internacional, cometer un genocidio y otras “violaciones graves” a los derechos humanos, o caer en manos de terroristas o criminales.

En todos estos casos, el país exportador estará obligado a rechazar la transacción.

Las armas incluidas van desde las pistolas hasta aviones y barcos de guerra, pasando por los misiles. La lista no comprende a los drones, los transportes blindados de tropas y los equipos destinados a las fuerzas del orden.

El tratado incluye todas las transferencias internacionales (importación, exportación, tránsito) y la intermediación.

El dos veces presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz (1987), Oscar Arias, dijo a la prensa de su país que este tratado “es la contribución más importante que la diplomacia costarricense ha hecho en toda su historia a la humanidad”.

El documento final de 15 páginas negociado en Nueva York durante diez días había sido bloqueado el jueves pasado por Corea del Norte, Siria e Irán, imposibilitando su adopción por consenso. Estos tres países votaron en contra en la votación por mayoría simple llevada a cabo este martes.

A estos rechazos se sumaron las abstenciones de potencias como Rusia, China e India. Los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua también optaron por esta alternativa.

“Se ha decidido forzar ante la Asamblea General de la ONU una decisión que no ha logrado el consenso esperado”, afirmó el embajador cubano, Rodolfo Reyes, denunciando que el texto otorga “privilegios a los principales países exportadores” a la hora de evaluar si se debe hacer una venta o no.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo esperar que el texto ayude a “reducir el riesgo de que la transferencia internacional de armas convencionales sea utilizada para perpetrar los peores crímenes mundiales, incluyendo terrorismo, genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad”, según un comunicado.

En la misma línea el general de la ONU, Ban Ki-moon, lo calificó como “logro diplomático histórico” y anticipó que se trata de “un nuevo y poderoso instrumento en nuestros esfuerzos para impedir graves violaciones a los derechos humanos o al derecho internacional humanitario”.

De su lado, la Coalición de Control de Armas, que representa a más de 100 organizaciones no gubernamentales en 120 países, celebró de inmediato el voto en la ONU y pidió comenzar cuanto antes el proceso de firma y ratificación del tratado.

“Es un momento increíble. Por primera vez en la historia, tenemos un trabajo internacional legalmente vinculante que regulará el negocio mundial más mortífero, el comercio de armas”, dijo una responsable de Oxfam, Anna Macdonald.