En un reportaje donde se describe en duros términos el actuar de Carabineros, el prestigioso periódico estadounidense The New York Times destacó la labor de los voluntarios observadores de Derechos Humanos, quienes han seguido y denunciado los supuestos abusos cometidos por la autoridad durante las últimas manifestaciones en nuestro país.

En el texto, se analiza cómo estos grupos descentralizados han crecido a la par que las denuncias de represión violenta, estando compuestos por personas de todas las edades -algunos incluso cercanos a los 70 años- y profesiones, quienes se dedican a recabar evidencia en contra de la policía cuando exceden los márgenes de acción.

“Ellos no están ahí para unirse a las protestas o intervenir, sino sólo para monitorear y grabar lo que sucede cuando la policía acude a disolver las protestas -lo que han hecho con inusitada violencia este año- y para ayudar a cualquier que haya sido herido o abusado. Este mes, han estado más ocupados que nunca”, cita el reportaje.

“Lo primero que hacemos es acercarnos al oficial a cargo. Les decimos que estamos ahí para observar los procedimientos policiales. No intervenimos ni tratamos de quitarles a los detenidos, pero les hacemos saber cuando están haciendo algo ilegal o irregular. Les hacemos saber que no pueden golpear a la gente y que llevamos un registro de sus nombres y rangos. Son más cautelosos”, explica al periódico Marta Cisterna, una profesora de lenguaje de 45 años.

Según explica el texto, el incremento en represión policial ha sido notable en contraste a 2011, lo que no sólo ha arrojado como saldo a centenares de detenidos, sino estudiantes heridos e incluso acusaciones de abuso sexual.

“Este año el gobierno ha declarado tolerancia cero con la ocupación de las escuelas, llamando a Fuerzas Especiales para que desaloje los edificios [...] Algunos estudiantes han sufrido heridas en la cabeza, rotura de nariz, convulsiones o problemas para respirar; algunos incluso han sido derribados por policías a caballo. Y según los observadores, de forma creciente los detenidos están reportando actos de humillación sexual por parte de Carabineros”, advierte el matutino.

Los informes que los grupos reúnen, son posteriormente remitidos a la comisión de Derechos Humanos del Congreso, al Instituto de Derechos Humanos de Chile o a organizaciones internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Estos han sido presentados como evidencias en casos donde incluso se acusa a Carabineros de torturar a los detenidos, como el caso de un grupo de estudiantes que alegan apremios ilegítimos tras ser detenidos en febrero.

“Pudimos entrar a la Comisaría y ver las condiciones en que se encontraban los detenidos, además de tomar sus testimonios. Estamos hablando de tortura: afirmaron que les metieron la cabeza en la taza del baño, que los apuntaron en la cabeza con armas, que los golpearon hasta dejarlos inconscientes y que incluso un oficial se bajó los pantalones para mostrarles sus genitales. Estos estudiantes fueron prácticamente secuestrados, retenidos en un bus policial por hasta 8 horas y Carabineros no reconoce oficialmente haberlos arrestado”, afirma Cisterna.