El director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim, la política y defensora del medioambiente brasileña Marina Silva y el exboxeador Mohamed Alí llevaron este viernes en la ceremonia inaugural de los Juegos de Londres la bandera olímpica.

Ese honor, en una de las tradiciones de cada edición, recayó también en el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el atleta etíope Haile Gebreselassie, la premio Nobel de la Paz liberiana Leymah Gbowee y en tres activistas por los Derechos Humanos y la paz, los británicos Shami Chakrabati, Doreen Lawrence y Sally Becker, la apodada “Ángel de Mostar”.

Los nueve fueron homenajeados por el movimiento olímpico por “su aspiración común de que seamos mejor de los que somos”.

Barenboim, judío argentino, es conocido no sólo por su talento musical sino por sus iniciativas en favor del entendimiento y la paz, como cofundador de la Orquesta del Diván Este-Oeste, que impulso con el escritor de origen palestino Edward Said, uniendo a músicos de Israel y Palestina, como símbolo de hermandad y en contra del conflicto histórico que arrastran ambos pueblos.

En el caso de Marina Silva, el Comité Olímpico Internacional (COI) destacó que “ha dedicado su vida a luchar contra la destrucción de los bosques brasileños” y que es “una apasionada defensora de nuestro frágil planeta”.