La única hija mujer del fallecido dictador soviético Joseph Stalin murió a los 85 años por un cáncer de colon en Wisconsin, norte de Estados Unidos, donde se había exiliado en 1967, informó el lunes el periódico The New York Times.

Nacida el 28 de febrero de 1926, Svetlana Stalina, última sobreviviente de los hijos de Stalin, tuvo varias vidas “dignas de una novela rusa”, acabando sus días en Richland Center, en el estado de Wisconsin (norte), en el anonimato y sumida en la miseria después de años de un exilio errante, cuenta el diario.

En el transcurso de su vida, cambió muchas veces de nombre, procurando borrar todo lazo que la atara a su padre.

Después de dos matrimonios y la muerte de Stalin, en 1953, Svetlana Stalina, maestra y escritora con formación universitaria, tomó el segundo apellido de su madre: Alliluyeva.

En 1967, bajo el pretexto de llevar las cenizas de su esposo indio con el que convivió en la extinta URSS, huyó a la India para luego pedir asilo en los Estados Unidos, en donde acabó exiliada.

Huyendo de su pasado familiar, en 1970 cambió su nombre para Lana Peters tras un breve matrimonio con el arquitecto estadounidense William Wesley Peters, un alumno del prestigioso Frank Lloyd Wright. Al inicio de los años 80′s se mudó a Gran Bretaña y en 1984 volvió a la URSS, para volver a EEUU en 1986.

En una entrevista publicada en 2010 en el Wisconsin State Journal, Svetlana dijo sentirse “bastante contenta” en esa región rural que eligió para vivir, pero señaló que su padre “arruinó mi vida”.

Según la anciana, en cualquier lugar del mundo al que fuera “siempre seré una prisionera política del nombre de mi padre”.

Al ser consultada si su padre la amaba, ella respondió afirmativamente: “Rústico, muy rudo, muy cruel. No había nada en él que fuera complicado. Era muy simple con nosotros. Me amaba y quería que estuviera con él y que me convirtiera en una marxista bien educada”, indicó.