Coloridas pelucas, maquillaje recargado, altos tacones y vestuario que fusiona el negro del látex con los tonos fluorescentes. Así es Roxy Foxy, una drag queen conocida en la escena por su talento, energía y comedia, que desafía los cánones del transformismo: pues, a diferencia de sus pares, ella es una mujer.

La persona detrás de este escandaloso personaje es Rocío Rodríguez (37), una actriz argentina que llegó a Chile en 2014 junto a su marido , el director chileno Esteban Rojas, luego de ocho años viviendo juntos en Argentina, con el objetivo de expandir sus horizontes dentro del teatro y el arte.

En nuestro país, la intérprete fundó una compañía de teatro llamada Divas a la Deriva, en donde participa en todos los roles necesarios para ejecutar una obra; no obstante, su pasión también se ve profundamente reflejada en sus shows en las noches de discoteca en donde se viste de drag queen.

“No me gustan las etiquetas, me parece que es seguir segregando”, opina la actriz en entrevista con BioBioChile.

Pues, usualmente se usa el término drag queen para denominar a los hombres que se visten de mujer sin intención de serlo -necesariamente- en su vida cotidiana. Por este motivo es que algunos se refieren a las mujeres cisgénero (nacidas como mujer) que se dedican al drag queen, como “bio queen” o “cis queen”, aunque estas etiquetas no gustan a Rocío. De todas formas, esta disciplina es muy reciente.

En el caso de la actriz, su inquietud nació cuando en Argentina no encontraba un espacio para expresar su arte. “En Buenos Aires hay una obsesión con que la mujer sea vedette: extremadamente bella y que debe hacer de todo. Si no cumples con estos requisitos, debes ser comediante. Yo no quería ser vedette”, cuenta. “Me encontré en un momento que hacía performances pero necesitaba dar un paso más. Quería hacer un show en un lugar que ocupaban los hombres (drag)”, detalla.

Con ayuda de algunos drag queen de su país fue formando su personaje, que se nutrió de sus propios gustos por el arte kitsch y pop; se potenció con sus habilidades para coser, maquillarse y crear, y su fortaleza por trabajar de noche. “Empecé a jugar este juego, en un lugar que la mujer prácticamente no tiene espacio”, relata.

“El primer día que me vestí fue en una fiesta temática que trabajaba y me encantó”, recuerda.

“No me conviene decir que soy mujer”

El personaje Roxy Foxy nació en diciembre de 2010. Desde ese momento, la actriz -que lleva casi dos décadas de carrera- asumió con compromiso cada uno de los desafíos que se le presentaron como drag queen.

Uno de ellos es vestirse más exageradamente, para engrandecer su pequeña textura, otro es lidiar con el público. “La audiencia generalmente queda intrigada. No me gusta aclarar si soy hombre o mujer”, dice. “No me conviene decir que soy mujer en la noche. Un amigo le dijo a un tipo que yo era mujer y él se volvió loco, me acosó toda la noche, lo tuvieron que expulsar de la disco”, relató.

Pero esa es sólo una experiencia dentro de varias. Rodríguez explica que muchas veces el público la quiere tocar para saber su sexo: “A veces la gente se siente con la libertad de palpar lo que sea (…) Hay que educar a la gente porque piensan que pueden tocarte y yo sólo estoy trabajando”.

De la misma forma, confiesa que no hablar sobre su sexo afecta en la actitud del púbico. “A veces el ser hombre vestido de mujer genera respeto en el público y cuando se enteran que eres mujer, se transforma todo. Prefiero no decirlo para generar respeto”, asevera.

Rocío lamenta estas situaciones de machismo, sobre el escenario y detrás de camarines, donde también debió lidiar con ellas. “Me han pasado cosas en oportunidades pasadas, como cuando me han dicho ‘no se puede entrar’ o cuando al final del show me dicen cosas machistas (los drag), más bien ‘micromachismos’ como que no soy una ‘prima’ más y, bueno, ¡no lo soy!”, relata. “Hay hombres y mujeres que tienen el machismo metido, dicen cosas sin pensar”, agrega.

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Aún así la intérprete prefiere ignorar esas situaciones y concentrarse en su trabajo. “Ya me olvidé o no me doy cuenta de las discriminaciones que he recibido. Prefiero destacar por mi trabajo que por cosas que puedan pasar en camarines. Me acostumbré a trabajar de igual a igual”, expresa.

La artista distingue en su trabajo elementos que no todas las drag queen poseen. “La diferencia es la ‘actitud de evento’: me gusta más el teatro, soy un poco más simpática -quizás- con el púbico. Armo juegos, insto a participar a bailar, a descontrolarse y a divertirse”, señala.

¿Mujer? ¿Hombre?…

Para ejercer el drag es necesario contar con una serie de elementos. Rocío aconseja “armar un buen personaje que te defienda de todo”, el que debe tener actitud, bases teatrales, ejercicios de personaje y mucho interés en las raíces de esta cultura. “Cuanto más haces tus cosas, más personalidad tienen”, dice también sobre al vestuario.

En su experiencia, las energías femeninas y masculinas en su interior le han ayudado mucho. “Tengo ambas energías muy potentes. Lo siento en el día a día, en mi forma de ser. Con el personaje esa energía explota”, cuenta Rocío, quien también se ha vestido de drag king (mujer representando a un hombre).

Subraya que sentirse o ser hombre o mujer, tal como la orientación sexual, no tiene relación con el talento de un drag. “En mi caso tengo marido y soy heterosexual pero, para mí, el futuro del drag no tiene que ver con lo que tengas entremedio de las piernas, ni con tu orientación sexual, ni nada eso, va mucho más allá”, dijo.

“El drag es salud, es situar la mente en algo creativo. Si la salud me acompaña me gustaría ser una viejita de pelo de colores”, confiesa.

“No me lo tomo tan en serio”

Además de ser drag y de tener una compañía de teatro, Rocío participa en el canal chileno LAF Producciones, de Loretto Araya y Andrés Feddersen, en donde destaca por su humor.

“Me encanta la comedia y que la gente no se tome tan en serio a sí misma. Yo trato de no tomármelo tan en serio”, dice. Aunque, lo que sí se toma en serio es su futuro en el teatro y las artes.

“Fundé mi compañía de teatro porque me encanta el humor en cine, teatro, lo he hecho y lo voy a profundizar”, dijo la actriz, que se mudó junto a su esposo y sus dos gatitos a un departamento en donde también crearon un espacio llamado Estudios Del Rey, para dar clases sobre drag, además inauguraron un estudio fotográfico y realizan varias disciplinas más.

“Él me propuso venir para acá y siempre me ayuda con todo. Nos aportamos mutuamente”, dice.

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Actualmente Rocío Rodríguez se encuentra trabajando en un show de imitaciones llamado “Sister pack” y no se cierra a nuevas plataformas en el futuro. “Quiero seguir aportando al teatro y a la cultura, desde todas las perspectivas que pueda”, concluye.