Durante el último tiempo -más bien años- hay un término que se ha posicionado fuerte en redes sociales como Instagram y que muchos no comprenden bien: hablamos de “hypebeast”.

Pero, ¿qué significa?

Un hypebeast o “bestia del hype” es un concepto que hace referencia a aquellas personas que coleccionan artículos de moda urbana -streetwear- de marcas cotizadas e incluso de lujo.

Aunque algunos ven esta tendencia como una “oda al mal gusto y al consumismo”, otros lo ven como un legítimo estilo de vida.

Según la revista WAG, es una evolución de los sneakerheads o coleccionistas de zapatillas, que surgieron en la década de los 90 de la mano del básquetbol en Estados Unidos y que hoy también ha evolucionado a un límite insospechado como se lee en este artículo anterior de BioBioChile.

Un “hypebeast” es muy similar a un “sneakerhead”, pero sus objetivos también involucran a todo tipo de prendas y accesorios, como bolsos, mochilas, gorros o relojes y bisutería.

Las marcas ícono de los hypebeast son Supreme, Bape, Palace, Off White, Anti Social Social Club y Yezzy, entre otras.

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Quienes siguen esta corriente además suelen inscribirse en listas o hacer filas para ser los primeros en adquirir una nueva zapatilla o prenda de una sus marcas favoritas, especialmente si se trata de colaboraciones entre estas mismas, o con casas de alta moda como Louis Vuitton o Gucci.

De hecho, estas últimas vieron un potencial en este tipo de consumidor, y por lo mismo han adscrito colaboraciones con marcas más urbanas o deportivas, para poder llegar a ellos pues se trata de personas dispuestas a desembolsar mucho dinero en artículos exclusivos.

El rol de las celebridades

Al igual que los “sneakerheads” comenzaron a comprar zapatillas exclusivas para imitar a sus ídolos del básquetbol, los “hypebeast” suelen seguir las tendencias que imponen las celebridades.

Lil Pump y otros raperos, así como deportistas y socialités, son algunos de los referentes de estilo de quienes son seguidores de esta corriente.

Y como es una tendencia muy presente en Instagram, es aquí donde comienzan a popularizarse ciertas prendas y artículos.

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¿Hay lugar para el buen gusto?

Aunque hay algunos seguidores de esta corriente que se preocupan mucho de vestir con estilo, combinar sus prendas y tienen un gusto “exquisito”, muchos se centran sólo en adquirir artículos de determinadas marcas sin fijarse si realmente les gustan o son estéticamente atractivas.

Según WAG, como el “hypebeast” se centra en coleccionar prendas y accesorios de cierto valor, muchas veces se deja de lado el gusto o el estilo. “No se tiene en cuenta en muchas ocasiones el gusto personal por el artículo, la historia del mismo o de la marca. Tan solo el hype, el precio y la opinión de la comunidad hacia el mismo”, indica WAG.

“Un hypebeast no destaca por vestir con un gusto exquisito, aunque hay como todo, el que sabe combinar la ropa de lujo y el que simplemente se pone prendas con hype una encima de otra aunque no peguen ni con cola”, añaden.

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El otro negocio del hypebeast

Para aquellos que no entienden este mundo, gastar mucho dinero en una polera blanca con un pequeño logo puede sonar absurdo, pero para los hypebeast no.

Muchos jóvenes ganan dinero online, luego de hacer enormes colas durante horas para comprar artículos el mismo día que salen a la venta, mostrando su ropa ese día en Instagram, y luego vendiéndola a un precio mucho mayor en eBay.

Uno de los que sigue este modelo, es Ari Petrou. Un británico de 19 años con más de 300 mil seguidores en Instagram que se dedica a vender las cotizadas prendas que adquiere.

“Básicamente tomo fotos, promociono ropa y compro y vendo ropa para vivir”, indicó a Sky News, añadiendo que “empecé a hacerlo porque no ganaba suficiente dinero con mi trabajo y alguien me dijo que podía ganar dinero comprando zapatillas”.

“Terminé ganando más haciendo esto una o dos veces por semana que en mi trabajo, así que renuncié”, afirmó. “Ahora tengo múltiples patrocinadores de empresas en Hong Kong y en Estados Unidos que me pagan miles de dólares por publicar fotos con sus prendas y decir ‘esto es lo que llevo hoy"”, señaló el joven.

“He llegado al punto en que ahora puedo pagarle a un chico para que me haga cola para conseguir las últimas cosas, tal vez 10 libras (poco más de 8 mil pesos), mientras me quedo en casa en mi cama”, aseguró Ari, agregando que en “la generación más joven, todos lo hacen porque es como un hobby y ganas dinero con eso”.

“Ahora veo tantos grupos de escolares que van a tiendas como Supreme todos juntos, en su día libre, y todos han ganado como 100 o 200 libras (84 o 168 mil pesos chilenos), y son niños de 13 años”, comentó.

Sky News
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Según Petrou, este negocio incluso ha sacado a personas de malos pasos. “Hay personas de entornos malos que han pasado de vender drogas a vender ropa. Es un negocio legítimo”, expresó.

Mientras unos ganan dinero con esto, otros son capaces de desembolsarlo en cualquier cosa de su marca favorita. Antiguas poleras con un logo que no costaron más de 10 o 20 mil pesos en su tiempo, ahora son vendidas hasta por 500 mil en eBay.

Supreme | Stock X
Supreme | Stock X

De hecho, Petrou incluso ha comercializado artículos menores a varios dólares. “Tengo cepillos de dientes Supreme, linternas, lo que obviamente no me importa, pero sé que soy una de las pocas personas que lo tiene”, afirmó. “Cosas así, valen mucho más de lo que pagué. Tal vez pagué 1.000 libras (840 mil pesos) por mi colección y dentro de dos años vale tres, cuatro, cinco mil”, puntualizó.

¿Será el hypebeat un reflejo de nuestros tiempos, donde la imagen y el estatus lo es todo, o es un legítimo gusto por la moda urbana?