Chile está en el segundo puesto del ranking de obesidad según la OCDE, fenómeno que se está visibilizando de manera transversal y en todas las edades. Las mujeres en edad fértil no son la excepción, por lo que los embarazos en pacientes con algún grado de sobrepeso u obesidad se están haciendo cada vez más comunes.

“Alrededor del 30% de las mujeres con obesidad se embarazan, en lo que de inmediato se considera como un embarazo de alto riesgo, ya que se pueden generar complicaciones como hipertensión, diabetes gestacional, insuficiencia cardíaca, apnea del sueño, parto prematuro o incluso óbito fetal, que es la muerte del feto dentro del útero”, explica el ginecólogo Ricardo Díaz Serani, especialista en medicina materno-fetal de Clínica Bupa Santiago.

“Los niños, por su parte, pueden presentar defectos en el tubo neural, problemas cardíacos, alteraciones en el crecimiento fetal como macrosomía (pudiendo presentarse tanto fetos grandes para la edad gestacional como fetos pequeños) o tendencia a la obesidad desde la infancia”, añadió.

Por eso, en estos casos es importante realizar un control muy exhaustivo de todo el proceso, tratando de que se desarrolle lo más normal y saludable posible. En este sentido, es probable que las embarazadas con exceso de peso tengan que realizarse más exámenes y ecografías de seguimiento que aquellas sin riesgo.

Según explica Natalia Aybar, médico en Obesidad y Nutrición de Clínica Bupa Santiago, una paciente con obesidad debiera subir entre 5 a 7 kilos. “Es recomendable acompañarlas y orientarlas durante el embarazo para que lleven un régimen adecuado y realicen actividad física, para evitar que eleven sus niveles de obesidad. También hay que tener claro que el embarazo no es el momento para hacer dietas ni bajar de peso, porque lo primordial es la salud de la madre y el recién nacido”, asegura.

De acuerdo a lo que señalan los especialistas, si hay obesidad lo más recomendable es hacer una planificación adecuada del embarazo. “Es importante que las pacientes nos comuniquen si tienen planes de ser mamás, porque las podemos ayudar a prepararse para este proceso. Los riesgos del embarazo en obesidad son tan altos que vale la pena hacer un esfuerzo antes”, plantea Natalia Aybar.

“También están los casos de pacientes que anteriormente tenían obesidad, se realizan una cirugía bariátrica, bajan de peso y se embarazan. En ellas hay que poner especial cuidado, ya que la falta de absorción de nutrientes que se produce generalmente con este tipo de intervenciones puede afectar mucho el desarrollo del bebé. Hay que preocuparse de que tengan la suplementación vitamínica adecuada, por lo que el control y seguimiento médico especializado y multidisciplinario es crucial”, explica el doctor Díaz Serani.