Se volvió la viral en redes sociales por la creatividad y el nivel de detalle. “Me disfracé de la niña del aro porque sabía que iba a ganar”, dice Leiny Morales (8), quien este Halloween se convirtió en sensación desde Coquimbo.
La menor, en compañía de su madre Leidy Cerda, conversó con Diario El Día y se manifestaron aún sorprendidas por la repercusión de su trabajo. “Nunca pensamos que se iba a expandir tanto”, cuenta la madre.
“Nos empezaron a llegar mensajes de amigos, familiares y hasta de personas que no conocíamos. Todos querían saber quién era la niña del aro de Coquimbo”, agregó.
La historia del viral disfraz de El Aro en Coquimbo
¿Pero, cómo inició la idea? Según cuentan, fue dos semanas antes del 31 de octubre. En ese momento, en casa se preguntaron —como todos los años— de qué personajes se disfrazarían este año.
En la familia Morales Cerda, disfrazarse no es una improvisación: es casi una tradición artesanal. “Siempre buscamos algo fuera de lo común”, explicó la mamá. “Nunca nos vamos por lo típico”, añadió.
Y así fue. Inspirada en la película de terror El aro, que ella misma veía cuando era niña, la mamá propuso el desafío. “Le dije: ‘Leiny, ¿sabes por qué nunca se han disfrazado de eso? Porque es una película antigua’. Pero a ella le encantó la idea”.
Desde entonces, toda la familia se involucró en la creación. Su abuelo construyó una cama de madera, el papá ayudó a desarmar y pintar un televisor viejo, y juntas madre e hija se encargaron del maquillaje, los efectos y los detalles.
“Nos costó mucho encontrar la tele adecuada. La desarmamos completa, la pintamos y armamos un cajón por dentro para que ella pudiera salir”, relató.
Leiny, entusiasmada, ensayaba una y otra vez los movimientos de Samara, la aterradora protagonista de la película. Incluso practicó cómo doblar su cuerpo y arrastrarse con los brazos extendidos.
El resultado fue tan sorprendente como espeluznante. Cuando la pequeña apareció en la calle, deslizándose lentamente fuera del televisor, los vecinos quedaron impactados. Algunos aplaudían, otros retrocedían entre risas nerviosas, y todos querían grabarla. “Se asustaban, y eso era lo que yo quería”, cuenta con orgullo.
El disfraz fue tan bien logrado que incluso su hermano pequeño se asustó al verla. “No la reconocía, salió corriendo”, recuerda su madre entre risas. Pero el susto pronto se convirtió en orgullo familiar. “Como mamá, me llena de emoción. Porque todo esto lo hacemos en casa, con esfuerzo, con cariño. Que la gente lo valore es hermoso”.
Y mientras su historia sigue circulando en redes sociales, Leiny ya está pensando en su próximo desafío. Aunque no quiere revelar detalles. “Ya tengo el disfraz del próximo año”, confesó entre risas.