Se trata de un dilema que traspasa culturas. Todos tenemos momentos de necesidad y cuando ello ocurre, lo más probable es que volvamos nuestros ojos suplicantes a nuestra familia.

Sin embargo, ¿qué hacemos cuando el tío Juan se acostumbra a usarnos como cajero automático? Desde luego, siempre podemos decir que no pero admitámoslo, negar la ayuda a un familiar o amigo resulta un trance que preferimos evitar.

Si estás en esta situación, quizá te sirva el simple truco compartido por Ghazala Hanif, una joven pakistaní musulmana dedicada a publicar videos en internet sobre belleza y cuidado de la piel.

Según compartió Hanif en Twitter, su tío usó el grupo familiar (probablemente de WhatsApp) para solicitar dinero a sus parientes. “Por mensaje privado le pedí sus datos bancarios para depositarle, sin embargo me respondió que no lo necesitaba: sólo quería asegurarse de que nadie le pidiera dinero a él”, afirmó.

El tragicómico mensaje rápidamente se hizo viral y en sólo cuatro días ya amasa más de 42 mil “favoritos” en Twitter, como consigna el local, Hindustan Times.

Como indica el refrán, no cabe duda que la mejor defensa es el ataque…

Ahora, si eres más consciente y no quieres recurrir a subterfugios, el sitio de administración financiera familiar MoneyinMatrimony, lista tres consejos para evitar discusiones con parientes sobre dinero:

1. Limitar la información financiera que compartes

Ni siquiera se trata de lo que digas. En un mundo de redes sociales, lo que compartimos en ellas puede dar una imagen errada de nosotros. Tener una casa bonita, un vehículo nuevo, viajar e incluso mantener un trabajo estable o no tener hijos, puede dar la percepción de “riqueza”, provocando que tus familiares o amigos piensen erradamente que tienes dinero de sobra.

“A menos que hayas explicado con detalles tu situación financiera, ciertos familiares o amigos creerán automáticamente que eres rico y probablemente creerán que tienes dinero de sobra para compartir”, indica la publicación.

2. Explicar lo que tuviste que sacrificar o tus compromisos

Al igual como no es bueno compartir mucha información que de señales erradas sobre tu situación financiera, dar a conocer otra puede provocar el efecto contrario. Por ejemplo, indicar que la adquisición de una casa fue mediante un crédito hipotecario, que un viaje es fruto del ahorro o que una compra sólo fue posible gracias a una liquidación, enviará señales de que en realidad eres cauteloso con el dinero.

“También puedes hacerles entender que cada peso que estás recibiendo lo estás guardando para una vacación familiar, para los estudios de tus hijos o para salir de tus actuales deudas. Debes hacerles ver que tu dinero está íntimamente asociado a una meta, y que prestarlo significará alejarte más de tu objetivo”, sintetiza el sitio.

3. Ayudarlos a encontrar una solución alternativa a sus problemas

Sobre todo si se trata de familiares “recurrentes” en solicitar dinero, quizá quieras sentarte con ellos a analizar su situación y ver si puedes aconsejarlos o ayudarlos a salir del círculo en el que se encuentran. Este punto es más trabajoso, pero también el de mejores resultados a largo plazo.

“Tendrás que discutir con él o ella sobre su presupuesto y sus actuales hábitos de consumo. Quizá puedan hablar sobre posibles cambios de trabajo o empleos adicionales que pudiera emprender para obtener el dinero que necesita”, aconseja el sitio.

Finalmente, puede que no sólo ayudes a un familiar o amigo a salir de un círculo vicioso de deudas, sino también fortalecer el lazo que tenga contigo en el camino.