Desde julio de 2016 hasta la fecha, Debbie y Michael “Mike” Campbell han hecho de Airbnb su propio “hogar portátil”. Un día su hija les habló de la aplicación y la posibilidad de viajar por el mundo a bajo costo, y siete meses después, tras vender su casa y renunciar a sus trabajos, el matrimonio inició una travesía que los ha llevado por 275 ciudades y 82 países, y que hoy los tiene en Chile por primera vez.

“Nosotros vivíamos en Seattle, trabajábamos mucho, teníamos una casa, dos autos, una lancha, estábamos súper involucrados en nuestra comunidad, eramos voluntarios y teníamos 4 hijos”, comentó a BioBioChile entre risas Michael Campbell. “Estábamos bastante cerca de la jubilación y no teníamos nada claro, no teníamos un sueño ni tampoco una segunda casa”, recuerda.

El primer viaje fue a París, Francia, y desde entonces no se han detenido. Parte de esa experiencia se lee en el libro Your Keys, Our Home (“Tus Llaves, Nuestra Casa”), donde repasan su historia como “Senior Nomads”, concepto que crearon y por el que se han hecho célebres en el mundo.

“Somos los mejores usuarios de Airbnb del planeta”, agrega Campbell, mientras su esposa explica la metodología de sus viajes: “Podíamos viajar todo el tiempo, viviendo todo el tiempo con la misma cantidad de dinero y hubiésemos gastado lo mismo si hubiésemos estado en Seattle. Hicimos los números, los cálculos y nos fuimos”, cuenta Debbie.

De acuerdo a su bitácora, el de Santiago es el servicio Airbnb número 212 . Para organizarse, los gastos y actividades las anotan en listas, las que luego van revisando a medida que avanza el viaje. En total, se han embarcado en más de 100 vuelos los últimos 6 años, en más de 50 aerolíneas.

“No vemos ninguna razón para dejar de viajar. Mientras sigamos enamorados, vamos a continuar con esto. Vamos por un objetivo a la vez. Nosotros vamos día a día”, resume Debbie, diseñadora gráfica que cerró su oficina para recorrer el mundo. Croacia, Rusia, Corea del Sur, Milán, Londrés, han sido algunos de sus destinos.

“Hay algunos países a los que queremos ir pero no estamos seguros de qué tan seguros son. Por ejemplo Irán y Corea del Norte. Una de las razones por las que nosotros viajamos, es porque a Mike le encanta estar al tanto de los eventos políticos y sociales. Somos curiosos, nos gusta aprender”, reconoce Debbie, cuya estadía en Chile se extenderá hasta el 20 de marzo para luego partir a Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro.

(Pregunta): ¿Cuáles han sido sus postales favoritas de este viaje por el mundo? ¿Qué los motiva para seguir en esta aventura?

Michael: Estamos interesados en la política, en lo que ocurre hoy. Antes del Brexit, nosotros sabíamos de antemano lo que ocurriría. Nos quedamos una semana antes y otra después (en Londres), queríamos una foto completa de lo que estaba pasando. Fuimos a Corea del Sur la semana que pasó, en la frontera con Corea del Norte. Hemos estado en Ucrania, en Kiev, en Chernobyl. Nos gusta ir a lugares que estén divididos, separados, como Chipre, Escocia, Irlanda, Rusia. Hemos estado en 11 de las 15 repúblicas soviéticas

(P): ¿Cuál es su receta para no dejar de sorprenderse en los viajes, para no “aburrirse?
Debbie: A veces me gustaría aburrirme (risas), sentirme aburrida. Cada destino nuevo tiene desafíos para nosotros: el idioma, cómo moverse, cómo llamar, cómo comprar. Cada vez que nos movemos, debemos vivir de una manera nueva. No hay espacio para aburrirnos. Tenemos que averiguar del país. Aprendemos del país primero y siempre tenemos algo nuevo que hacer.

Michael: Hay mucho que hacer, mucho que aprender. Nos gusta hacer listas, de todo lo que hemos hecho, en 5 días por ejemplo, y todo lo que queremos hacer en los siguientes 8 días. Tenemos todo planificado. Por supuesto, todo debe estar ceñido al presupuesto.

(P): ¿Y cómo lidian con el hecho que no están en “su casa”?
Debbie: No estamos de vacaciones: estamos viviendo nuestra vida cotidiana en las casas de otras personas. Cocinamos, lavamos ropa, jugamos Scrabble, nosotros simplemente continuamos viviendo, tratamos de hacer nuestras vida lo más normal posible, como si viviéramos en Seattle. Desde actividades básicas hasta conocer el lugar.

(P): Dicen que no hay espacio para el aburrimiento. ¿Hay espacio, entonces, para la nostalgia? ¿Para “echar de menos”?

Debbie: Ya no tenemos una casa a la cual volver (risas). Echamos de menos a la familia, los amigos, pero la tecnología nos permite estar en contacto con la gente que queremos, fácilmente. Tenemos 5 nietos, y siempre están ocupados. Los vemos con cierta frecuencia. Una de las hijas que más vemos está en París. La estamos pasando bien, no tenemos el deseo de parar. Nosotros no pensamos volver a Seattle, nosotros estamos buscando un hogar permanentemente.

(P): ¿A cuáles lugares quieran volver?
Debbie: Croacia nos encanta, vamos mucho a Italia, España lo mismo. Hemos vuelto a lugares, pero siempre, en general, estamos moviéndonos. Hemos estado en 82 países. Hay mucho mundo por ver, por recorrer y descubrir.

(P): ¿Han tenido alguna vez un mal anfitrión de Airbnb?
Debbie: Nosotros sentimos que Airbnb te permite ser parte de una comunidad, te permite crear alianzas, entre el que recibe y el visitante; sentimos que creamos lazos reales con nuestros anfitriones, tenemos una relación construida antes de llegar.

Michael: Somos muy afortunados, porque hemos estado en muchos lugares y tenido poquísimos problemas. Nosotros somos muy buenos para elegir la gente con la que nos quedamos.

Debbie: No queremos estar en lugares glamorosos ni sofisticados, ni tampoco estar en lugares horrendos. Nunca arrendamos una pieza, sino un piso o una casa.

(P): ¿Qué consejo le darían a una pareja que esté en su misma situación en 2013, antes de salir de Seattle?
Michael: Asegúrense de saber por qué están viajando, no lo hagan por otros, háganlo por ustedes, tengan una visión clara. Háganlo sólo si de verdad lo quieren hacer, sean ciudadosos con su presupuesto. Si tiene miedo de gastar más de lo que debieran, eso causa tensión en la pareja.

Debbie: Hay gente que tiene resistencia de estar en la casa de otro. Traten de buscar un súper anfitrión, lean las críticas con cuidado, y empiecen a conversar con el anfitrión para hacerse amigos de él, porque al final el anfitrión es una suerte de conserje, es una persona que te va a acompañar a muchos lados.

(P): Hay parejas -jóvenes sobre todo- que colapsan en los viajes, que pelean y se desesperan. ¿Qué les dirían a ellos?

Debbie: Resulta que nuestro hijo mayor y su pareja, que están en los 40 y tienen trabajos demandantes, renunciaron y sacaron a sus dos niños del colegio. Mamá, estamos celosos de ustedes, nos dijeron, y comenzaron a viajar por un año. Se puede hacer, ellos lo probaron. No tiene por qué ser por siempre. Me parece que mientras más jóvenes eres, más obstáculos hay. Tienes que hacerte el tiempo para viajar. Y ahorrar dinero, cuidar la plata, tienes que construir tu viaje y hacerlo entretenido.

Michael: La vida está dividida en tres partes: aprender, ganar y devolver lo que has ganado. Nosotros somos particularmente bendecidos, porque hemos podido dar de vuelta lo recibido. Hay muchos no potenciales, muchos obstáculos, por lo tanto la gente pierde la motivación y no siguen sus sueños.

Debbie: No lo hagan si no quieren a la otra persona. Esto es importante para cualquier pareja: tienen que remar en la misma dirección. Si cualquiera de los dos no quiere continuar con esto, sabemos que vamos a parar.

Adultos mayores y Airbnb

Según datos de la plataforma, el número de anfitriones mayores de 60 años crece de manera sostenida en Airbnb, alcanzando un incremento del 72% en 2018. En 2017, este tipo de anfitrión registró ganancias por hasta $1.350.000. El 41% de ellos declaró que dependen de este ingreso para solventar sus gastos del mes