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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Javiera, una joven que sufrió una quemadura de tercer grado en el cuero cabelludo durante un procedimiento de babylights en una peluquería de Quilpué, reveló en redes sociales que no podrá recuperar el cabello en la zona afectada. Tras mostrar los resultados de un examen que confirmó la destrucción de folículos pilosos y tejido adiposo en la zona, denunció la falta de responsabilidad de la peluquería, que sigue operando sin asumir consecuencias.

En febrero pasado se informó sobre el caso de Javiera, joven que había sufrido una quemadura de tercer grado en el cuero cabelludo, en una peluquería de Quilpué, por un procedimiento de babylights. La muchacha reveló, en redes sociales, que no podrá recuperar el cabello en la zona afectada.

Ella mismo expuso un extenso comunicado en su cuenta de Instagram, donde mostró el resultado de un examen que se había realizado.

“Hoy recibí el resultado de la ecografía que me realizaron tras la grave quemadura sufrida en la peluquería. El diagnóstico que no quería leer, fue confirmado: la quemadura de tercer grado destruyó por completo mis folículos pilosos y el tejido adiposo (grasa) en la zona afectada, lo que significa que, lamentablemente, jamás recuperaré mi pelo ni mi piel a su estado normal”, indicó.

“Esta ecografía es la prueba irrefutable de lo que sucedió. Desde el primer momento, los responsables de la peluquería se encargaron de desmentir lo evidente en televisión (adjunto las imágenes que son de uso público), tratando de culparme, diciendo que era una alergia o una patología como la dermatitis, y minimizando lo que claramente fue un accidente de gravedad. Pero esta prueba es concluyente: sufrí una quemadura de tercer grado. La evidencia está ahí, y ya no pueden seguir ignorando la realidad”, agregó.

“El daño es irreversible y lo peor de todo, a pesar de lo que sucedió, la peluquería sigue operando con total normalidad, sin asumir ninguna responsabilidad. No he recibido ni una “ayuda”, ni un gesto de empatía. Solo he sido objeto de humillaciones, comentarios despectivos y una completa indiferencia hacia mi dolor”, comentó.

Recordar que el hecho, de acuerdo a lo que narró la afectada, sucedió el pasado 27 de febrero, en un centro denominado “Nova Vitta”.

Junto a eso, recalcó que con su familia tomaron las acciones legales en contra de la empresa antes mencionada.

“Estoy decidida a que los responsables enfrenten las consecuencias de su negligencia. Ya he tomado las acciones legales necesarias para que se asuma la responsabilidad por lo ocurrido y se reconozca el daño irreversible que sufrí. No descansaré hasta que se haga justicia”, detalló.

“Este caso es mucho más que un accidente; es una llamada de atención para todas las personas que brindan servicios en este tipo de lugares. La responsabilidad, el respeto y la empatía no pueden ser opcionales. Mi dolor no será olvidado. Estoy firme, decidida y no permitiré que este error quede impune ni le suceda a ninguna otra persona”, concluyó.