Una noticia ha escandalizado en los últimos días a los residentes del estado de Illinois (Estados Unidos), luego que la policía encontrara hasta 2.000 restos fetales perfectamente conservados en la casa de un médico que por años se dedicó a practicar abortos.

El doctor es Ulrich Klopfer, fallecido la semana pasada a los 75 años, quien según los archivos del estado de Indiana (donde se desempeñó profesionalmente), trabajó gran parte de su carrera en una clínica abortiva del condado de Will.

Según detalló el diario inglés The Guardian, la clínica se ubicaba en la ciudad de South Bend y fue clausurada por autoridades sanitarias en 2015, luego que a Klopfer le revocaran su licencia de médico tras una extensa investigación.

En ese momento se acusó que la clínica no tenía un registro de pacientes, tampoco existían políticas sobre aborto con medicamentos y no había un órgano rector en el lugar.

En ese momento la agencia de salud de Estados Unidos corroboró además que la clínica no podía documentar ciertos protocolos médicos, como que las pacientes recibían la información necesaria al menos 18 horas antes del procedimiento.

Ulrich Klopfer en su juventud | Archivo
Ulrich Klopfer en su juventud | Archivo

De acuerdo a la BBC, por cerca de 20 años el doctor Ulrich Klopfer fue conocido como el abortista más prolífico del mencionado estado, debido a que realizaba estos procedimientos también de forma particular en otras ciudades.

Debido a esto, años atrás, el médico incluso tuvo una acusación judicial en la cual algunas personas lo acusaban de no tener personal competente trabajando con él. No obstante, esa acción no prosperó en la corte de Indiana.

En una ocasión también se le acusó de haber practicado un aborto, en su clínica en South Bend, a una menor de 13 años. En ese entonces Klopfer sostuvo que tuvo permisos de los padres de la adolescente y el estado en cuestión.

En ese momento, también a modo de defensa, el doctor argumentó que en 43 años de profesión nunca había tenido problemas con alguna paciente.

Cabe señalar que, a raíz de este descubrimiento, surgieron suspicacias respecto a que el hombre habría tenido una clínica abortiva clandestina en su propio domicilio durante los últimos años de vida, aunque estos son sólo rumores no comprobados.

Por lo pronto, la familia Klopfer se mostró tan sorprendida como la policía por este extraño hallazgo. De acuerdo al relato de los investigadores el grupo se mostró abierto a colaborar con la indagación.

Por lo pronto, en un comunicado las autoridades sostuvieron que: “No hay evidencias de que los procedimientos médicos se realizaran en la propiedad”.