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La historia de Lego, la icónica industria juguetera danesa, se remonta a la valentía y creatividad de Ole Kirk Christiansen, quien superó tragedias como la muerte de su esposa y la Gran Depresión para convertir su pequeño negocio de carpintería en un exitoso imperio de juguetes de madera. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y la escasez de madera, Lego se reinventó al apostar por el plástico, lo que llevó al desarrollo de los famosos ladrillos de construcción y al éxito mundial de la empresa. Con más de 300 conjuntos en el mercado, acuerdos de licencia con personajes famosos y un crecimiento anual del 23%, Lego supera los US$4.000 millones en ventas anuales, demostrando ser una marca icónica que sigue innovando y sorprendiendo a generaciones enteras.

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Los juguetes son una parte fundamental de la historia universal, logrando marcar épocas e incluso, unir generaciones. Es así como Lego se destaca como una de las industrias jugueteras más exitosas y reconocidas en todo el mundo, gracias a sus pequeños bloques de plástico que, al unirlos, desatan toda la imaginación y creatividad de los niños.

Una de las mejores ideas del siglo pasado que se le ocurrió al danés Ole Kirk Christiansen, quien vivió un trágico y complicado camino antes de lanzar su oficialmente su invención, y quien ni siquiera pudo presenciar su enorme éxito en vida.

Un negocio forjado por tragedias

La historia de Lego se remonta a 1932 en Billund, Dinamarca. Ole era un carpintero que estableció su propio negocio, luego de perder su empleo en una fábrica de madera. En un principio, su emprendimiento se dedicaba a elaborar productos como banquillos, puertas, mesas y hasta ayudaba a construir establos u otros ambientes de un granero. Sin embargo, y a pesar de que su pequeña empresa lograra sobrevivir a un incendio, todo se complicó con la trágica muerte de su esposa durante el parto de su quinto hijo y con la crisis económica que produjo la Gran Depresión.

La profunda pena no podía impedir que el carpintero continuara con su negocio que le permitía darle de comer a sus cinco hijos, aunque tuvo que adaptarse a nuevas necesidades y a su bolsillo, el cual ya no estaba preparado para grandes inversiones. Es por esto que comenzó a producir juguetes de madera simples y a abrir su mente hacia una nueva aventura, impulsada por la creatividad y la superación.

Su idea era unificar la educación con la diversión, por lo que dentro de su catálogo de trenes, animales y soldados, también se encontraban juguetes didácticos. En sólo dos años, el emprendimiento volvería a ser la principal fuente de ingresos de la familia y ya con la empresa asentada, decidió bautizarla como Lego -en 1936-, que significa ‘jugar bien’ en danés (‘leg godt’) y por su principal filosofía; sólo vender productos de calidad, según la propia información del sitio oficial.

Caballo de Madera
Caballo de madera creado por Ole Kirk Kristiansen (1933) | Lego

La Segunda Guerra Mundial llegó junto con un nuevo incendio que sufrió Ole, lo que significó un nuevo gran obstáculo para su empresa, ya que la escasez de madera provocó una considerable baja en su stock y en la calidad de sus juguetes, teniendo que volver a pensar en cómo reinventarse para salir adelante.

La irrupción del plástico, su primer éxito y los famosos ladrillos

Con Europa en crisis por culpa de la guerra, en 1946, el carpintero asumiría con valentía estas nuevas condiciones en el mercado, dejando de lado a su querida madera y tomando la decisión de invertir en una costosa máquina para moldear plástico, y así, diversificar su catálogo y elaborar juguetes que sean más fáciles de armar y desarmar.

En una entrevista con la BBC, uno de los nietos de Ole, Kjeld Kirk, explicó que a su abuelo le fascinaba lo que le ofrecía el plástico. “Lo consideraba un material novedoso, con el que de repente tenías posibilidades de hacer muchas otras cosas que no podías hacer con madera”, señaló.

Su perseverancia, ingenio y creatividad le permitió, en cuestión de años, volver a ser uno de los fabricantes de juguetes más cotizados de Dinamarca e incluso en Europa, luego de que en 1951, llegara su primera gran éxito de ventas; el tractor Ferguson, el cual logró vender alrededor de cien mil unidades en sus primeros tres años en el mercado.

Tractor Ferguson (1951)
Tractor Ferguson (1951) | Lego

Este legendario modelo fue sólo el primer paso del reconocimiento mundial de Lego, ya que el tractor permitió que los niños se interesaran también en el innovar sistema de construcción de piezas de plástico o más bien, los famosos ladrillos que se unen unos con otros.

El nieto del carpintero explicó: “Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se derribaron tantas casas, la gente volvió a tener ganas de construir. Así que la idea de las primeras piezas era realmente para construir casas“.

Las grandes ventas de los ladrillos trajo consigo las primeras críticas. Y es que las piezas originales eran huecas, por lo que las construcciones que diseñaban los más pequeños se desarmaban muy rápido y algunas piezas no lograban encajar con facilidad. Ya con su historial de tragedias, Kirk Christiansen temía que su negocio se estancara y, gracias a la ocurrencia de su hijo Godtfred, añadieron los pequeños tubos que, hasta el día de hoy, tiene los ladrillos en la parte inferior.

Este nuevo concepto funcionó a la perfección, ya que las piezas encajaban perfectamente y permitía que los niños pudieron elevar más su creatividad sin estar preocupados de que su construcción se le desarmara. En 1958, Lego patentó los tubos en los ladrillos de juguete. Un mecanismo que sigue vigente más de 60 años después y que convirtió a la fábrica en la más exitosa a nivel mundial. Ese mismo año, Ole falleció.

El legado de Ole y la popularidad mundial de Lego

Tal como ha sucedido con la mayoría de las franquicias exitosas -dedicadas a la entretención- a lo largo de la historia, Lego se transformó en los 60′ en un universo propio que se fue agigantando cada vez más a través de los años. La posibilidad de crear mundos, países o ciudades imaginarias a diferentes escalas, fue el detonando del éxito de la empresa, que en 1968 abrió su propio parque temático; Legoland, que actualmente tiene sedes en varias partes del mundo.

Hotel Legoland
Hotel Legoland (Florida) | Lego

Y no sólo eso, sino que también han sido varias las firmas que han colaborado con Lego, con el objetivo que personajes como Batman, Superman, Darth Vader, entre otros, tengan su versión en este multiverso de ladrillos de plástico. En 2014, se estrenó en los cines ‘The Lego Movie’, la cual fue un éxito de taquilla y abrió el camino a otros proyectos audiovisuales de la empresa de origen danés, la cual sigue siendo manejada por la familia de Ole, quien siempre veló por incluir a sus hijos y nietos en la toma de decisiones de su negocio.

Las cifras sólo dan cuenta de la magnitud de la empresa. Con más de 300 variedades de conjuntos en el mercado, decenas de acuerdos de licencia para llevar al universo Lego a varios de los protagonistas de las películas de Hollywood y un crecimiento anual cercano al 23% desde 2015, superando los US$4.000 millones al año en ventas. Unos números que superan con amplia ventaja a uno de sus principales rivales, Mattel, que en el mismo periodo de tiempo reveló ingresos por US$1.900 millones por semestre.

“En lo que tenemos que estar enfocados es en seguir innovando en torno al ladrillo de Lego, creando maravillosas experiencias de juego para los niños alrededor del mundo y continuar siendo relevante a medida que evolucionan las tendencias”, manifestó John Goodwin, encargado de las finanzas de la empresa.