Recorrieron la selva del Darién y hasta esquivaron un cadáver para avanzar. Su historia es grande, como el corazón de este humano aferrándose a su mascota.

En Venezuela, la crisis sigue expulsando a sus ciudadanos, quienes deben dejar atrás todo para salir de esta. Sin embargo, para un venezolano y su mascota ardilla, el adiós no era una opción, por lo que emprendieron su viaje juntos.

Una larga travesía les esperaba a un hombre y su acompañante animal. Uno nada convencional cuando de mascotas se trata.

Su historia pasó a ser, más que de migración ilegal, una curiosa manifestación que refleja extraños matices en cada mente humana, capaz de dejar pertenencias, familia, amigos, entre otros apegos, pero no a una diminuta compañera de 4 patas.

Sin embargo, cuando de cruzar casi una decena de países se trata, en el último bastión a vencer, la vida puede dar un giro y, esa decisión que se pensó con el corazón, puede partirlo en dos, por los impedimentos legales locales.

La historia de Yeison y Nico, es fiel ejemplo de eso.

Venezolano y su mascota ardilla: la travesía rumbo a EEUU

Nico, es la ardilla con franja negra y partes de pelo blanco que salió, desde Venezuela, acompañando a Yeison. Sólo él sabía el verdadero destino. Ella, lo siguió como lo hacen los fieles animales a sus humanos.

No se trataba de un paseo corto. Más bien, era una travesía de vida y, a veces, rozando la muerte, si tomamos en cuenta las selvas que deben cruzarse para alcanzar el sueño americano, desde un convulsionado territorio sudamericano como lo es Venezuela.

Con unas cuantas pertenencias partió Yeison quien, según el portal de noticias de la Cadena Telemundo, no quiso dar su apellido por temor a represalias contra su familia en su país de origen.

En su mochila, dentro de un gorro rojo, iba Nico. A ratos, podía salir de esta para acompañar al venezolano, en medio de los paisajes del viaje, unos más agradables que otros, los cuales se tornan sombríos y amenazantes.

Sin embargo, Nico fue compañía en todo momento, según describió Yeison, quien nunca pensó en dejarlo como a su país. De hecho, su conexión fue grande desde que casi la pisa por accidente, mientras ésta era una recién nacida especie. La rescató y desde entonces son inseparables.

De Venezuela, a selva del Darien, con Nico, hasta Matamoros, México

Cuidar a Nico hasta verla crecer sana y salva, fue parte de la vida de Yeison, sin saber que un día partiría de Venezuela. No la dejó atrás, por lo que cruzó varios países sudamericanos con su peluda amiga, hasta llegar a la temida selva panameña del Darién, en la frontera con Colombia.

Entre cruce y cruce de naciones, el venezolano y su mascota ardilla se las ingeniaron para que esta no fuera pillada. Mientras otros padres llevan a sus hijos a cuestas, en ese impensable viaje para algunos, Yeison lo hacía con su mascota. No es inusual ver a otros con perros o gatos tratando de hacer lo mismo. Pero ¿con una ardilla?, nunca.

Después de varios meses viajando, Yeison consiguió arribar ilegalmente a Matamoros, México, donde un campamento lo esperaba, mientras tramitaba una petición de asilo a EEUU, pero también una mala noticia por la presencia de Nico.

Un vuelco en el corazón de este hombre fue seguido del anuncio local. Una restricción que no tuvo en cuenta antes de dejar a Nico.

“(Sería) otra vez comenzar prácticamente desde cero sin Nico”, afirmó un cabizbajo humano, ante el destino de su mascota.

Yeison y su mascota ardilla: "Sería como comenzar de cero sin ella"

No se aceptan mascotas ardillas: un “peaje” para salvar a Nico

Yeison vio cosas que jamás podrá olvidar camino al sueño americano, junto a su ardilla, a la cual decidió traer pese a que en Colombia, donde estuvo varado un tiempo, trabajando para seguir su viaje, la encontró con una astilla de pino en el ojo. Reafirmó su idea de no dejarla atrás.

Ya en el Darién, el venezolano y su mascota ardilla pasaron obstáculos perturbadores, sólo a los ojos de humanos, como el de cruzar sobre un cadáver cubierto con una manta. No se sabe a ciencia cierta su nacionalidad, pero por estadística pudo tratarse de uno de sus compatriotas.

Con escenas tan desagradables como peligrosas, presagiando de alguna forma el destino de cientos de migrantes que se atreven a cruzar, Yeison por fin llegó a México, donde siguió evadiendo controles en autobuses para que no descubrieran a Nico, sin embargo, un chofer de autobús vio a su mascota y no lo dejó pasar, a menos que pagara extra por ella.

Lo anterior, fue prácticamente un soborno. Yeison le ofreció su celular al conductor para que le permitiera subir con ella y no lo denunciara en algún eventual control policial.

En todos estos meses de viaje hacia México y estancia en este país, Nico se alimentó de tomate y mango, además de ramas de pino. Su humano trabaja cortando cabello y en los momentos de descanso, la ardilla duerme en la almohada de su inseparable amigo.

Yeison y Nico duermen juntos en el campamento de Matamoros
Telemundo / Yahoo Noticias

Un alma buena, ayudando a Nico y a Yeison en un campamento

Habían pasado 6 meses desde la llegada de Yeison y Nico a México, específicamente a un campamento de migrantes en Matamoros. Se trata de un lugar donde los desesperados venezolanos acampan, esperando a ser llamados tras solicitar una cita para ingresar una petición de asilo en territorio estadounidense.

Medio año después de pisar suelo mexicano, la buena nueva llegó para Yeison: le concedieron una visita en Estados Unidos para hablar de su situación, pero el evento se tornó agridulce, ante la advertencia de las personas a cargo del lugar temporal de acogida.

Le recordaron que por las leyes sanitarias al otro lado de la frontera, no está permitido llevar animales como ardillas o especies que no presenten un esquema de inmunización.

“Existe una conexión entre él y la ardilla, tanta que prefirió traerla con él antes que dejarla con su familia en Venezuela y enfrentarse a los problemas que conlleva el viaje migratorio. Se infundieron valor mutuamente”, aseguró Gladys Cañas, directora de la ONG Ayudándoles A Triunfar.

La mujer conectó inmediatamente lo psicológico que resulta esta parte de la historia de humano y Nico, en un viaje de tal magnitud. Por ende, ha sido de gran ayuda para este venezolano y su mascota ardilla, ya que pensó en un plan que no los haga enfrentar la separación.

Por ahora, lo contactó con un veterinario para conseguir un certificado de vacunación a fin de que los agentes fronterizos le permitan pasar con él, o con un voluntario.

Sin embargo, el corazón de Yeison se prepara para lo peor: “Lo que no quisiera es que se separara de mí, porque yo sé que si no se enferma él, me enfermo yo. Y si no se llegase a enfermar, pues que sea feliz por lo menos. Y que nunca se le olvide la cara de uno”.

Yeison se prepara para posiblemente dejar a Nico, por si no le permiten pasar con ella.
Telemundo