Hasta el día de hoy se recuerda el caso del famoso cuadro conocido como “Ecce Homo” en España, el cual en 2012 fue restaurado con malos resultados por parte de una artista llamada Cecilia Giménez. Pues bien, una suerte similar corrió una copia del cuadro denominado como “Inmaculadas” de Esteban Murillo (1618-1682).

Según detalló el sitio español ABC este hecho ocurrió en Valencia, donde un coleccionista particular envió a restauración de una de las “Inmaculadas” a un componedor de muebles y mobiliario, en vez de llevarlo a un renovador de obras auténtico.

Para aquel trabajo, el coleccionista pagó una suma cercana a los 1.200 euros (1.107.147 pesos chilenos), un monto alto, pero inferior a la tarifa de un restaurador de arte.

Lo peor del caso es que, al ser devuelto el trabajo, el dueño de la pieza notó con estupor que ésta había sido totalmente arruinada, ya que no se conservó ni la línea de dibujo ni calidad de los colores.

No obstante, y lejos de darse por vencido, el hombre volvió a enviar el cuadro al restaurador de muebles, exigiendo que solucionara los errores e incluso amenazando con demandarlo.

Lo cierto es que el trabajo volvió unas semanas más tarde, pero esta vez venía aún más arruinado, ya que de la imagen original no quedaba absolutamente nada (pero nada de nada).

La "Inmaculada" de Murillo y sus fallidas restauraciones
La “Inmaculada” de Murillo y sus fallidas restauraciones

Según indica el diario El Mundo, ahora el hombre se puso en contacto con un restaurador oficial de cuadros, quien intentará salvar “el honor” de esta importante pintura, propia del periodo Barroco en España.

Para la vicepresidenta de Relaciones Internas y coordinadora de la Asociación Profesional de Conservadores Restauradores de España, María Borja, este tipo de hechos son más frecuentes de lo que se cree.

“Solo conocemos los casos que la sociedad denuncia a través de prensa o redes sociales, pero hay multitud de situaciones donde las obras son intervenidas por personas que no tienen formación. Las obras sufren este tipo de intervenciones no-profesionales, pudiendo, provocar un cambio irreversible”, indicó.

Es por eso que aquella organización envió un oficio al parlamento español, para regular la profesión del conservador restaurador de artes.