El caso de Josh Hader (28) es algo que “no se cuenta dos veces”. El joven estadounidense estuvo al borde de la muerte debido a que sufrió un derrame cerebral producto de haber movido su cuello y hacerlo crujir de forma constante.

Hader contó su historia al medio estadounidense Washington Post, al cual indicó que todo ocurrió hace una semana mientras veía televisión en su hogar.

En concreto, Josh comenzó a realizar esta práctica, común en él, cuando de repente empezó a sentir un malestar en el lado izquierdo de su cuerpo, justo después de hacer un crujido.

“En el momento en que escuché el crujido, todo en mi lado izquierdo comenzó a entumecerse. Me levanté e intenté sacar una bolsa de hielo de la nevera, y recuerdo que no podía caminar derecho”, explicó.

Josh Hader | Facebook
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No obstante, minutos después su cuerpo se desvaneció debido a que había sufrido un “ictus”, lo que constituye una brusca obstrucción de un vaso sanguíneo cerebral.

Fue llevado de inmediato al Mercy Hospital de Oklahoma City, lugar donde lograron reanimarlo, aunque el propio médico que lo atendió indicó que Hader estuvo cerca de morir por un derrame cerebral.

Vance McCollom, médico que atendió al joven, indicó al citado medio que la excesiva manipulación del cuello coloca la arteria vertebral en una posición precaria, por lo que la persona queda propensa a lesionarse de gravedad.

“Su mujer ya le había advertido: ‘No hagas crujir tu cuello. Te vas a provocar un derrame cerebral’. Esta vez él tuvo fortuna que pudiéramos reanimarlo a tiempo”, señaló el médico.

Si bien Josh se recuperó del derrame cerebral que sufrió hace una semana, actualmente debe ocupar un andador para movilizarse por su casa, un parche en su ojo derecho por daño en el nervio óptico y además sufre de hipo.

Josh Hader | Facebook
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Pese a todo esto, los especialistas concordaron en que las consecuencias físicas para el joven pudieron ser peores, ya que incluso podría haber quedado postrado de por vida.

“Los estudios han demostrado que existe correlación entre un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y las personas que manipulan su cuello, aunque la probabilidad que esto ocurra sigue siendo baja”, enfatizó McCollom.

Pippa Tyrrell, médico especialista en derrames de la Universidad de Manchester (Reino Unido), aseguró a la BBC que la posibilidad de obstruir la arteria principal del cuello es reducida, en caso que la persona mueva el cuello y no esté en actividad.

“Hay muy pocas posibilidades de que se produzca una herida en una arteria por extender el cuello hacia atrás, cuando estás sentado en una silla o al extenderte para que te laven el pelo”, sentenció.

Aunque el mismo médico sostuvo que la probabilidad de derrames, por lesiones en el cuello, aumenta al sufrir accidentes en el exterior (tráfico, deportes de contacto o caída bruscas).

“Esta clase de heridas producidas por un movimiento brusco son más frecuentes en accidentes de tráfico, o cuando esquiamos, buceamos o nos lanzamos al vacío desde un sitio en altura sujetados por una banda elástica”, concluyó.

Un ejemplo bastante cercano

Este caso hace recordar lo vivido por Natalie Kuniciki, joven inglesa de 23 años que hace un mes sufrió derrame cerebral que le provocó una parálisis tras “hacer sonar” su cuello.

Luego del accidente, ella fue trasladada al hospital de University College (Londres) en donde le confirmaron que había sufrido un derrame cerebral y que necesitaría una cirugía de emergencia, luego que el estiramiento de su cuello le provocó la ruptura de su arteria vertebral.

“Cuando el médico me dijo que había tenido un derrame cerebral, estaba en shock”, admitió. “No fumo, bebo muy rara vez, no tengo ningún historial familiar de accidentes cerebrovasculares, por lo que es bastante extraño que me pasara”, señaló la joven. “Hay una probabilidad en un millón de que suceda”, explicó la paramédica.

Si bien los cirujanos repararon la arteria dañada con un stent (endoprótesis vascular: pequeño tubo de malla de metal que se expande dentro de una arteria), quedó un coágulo en su cerebro que, aunque se disolverá con el tiempo, le ha generado problemas a su movilidad.

Durante un mes, la mujer estuvo en terapia en el hospital para recuperar la movilidad de su pierna, brazo y mano izquierdos. Actualmente, puede moverse pero no por mucho tiempo: “He recuperado movimiento en mi lado izquierdo. Puedo caminar pero no más de cinco minutos”.

Natalie Kuniciki
Natalie Kuniciki