En los medios de comunicación, vemos muchas historias de jóvenes emprendedores a los que les cambió radicalmente la vida cuando alcanzaron el éxito tempranamente. Eso hace que muchas personas crean que si no logran conseguir sus metas a los 30 ó 40 años, jamás lo harán. Pero no es cierto. Uno de los mejores ejemplos para rebatir esta idea es el caso de Harland David Sanders, un hombre que cumplió su sueño cuando ya se encontraba en la tercera edad.

Quizás por nombre no te suene, pero hablamos del creador de una de las cadenas de restaurantes más famosas del mundo: Kentucky Fried Chicken (KFC).

Este hombre -también conocido como Coronel Sanders– no tuvo una vida fácil, pero su perseverancia lo llevó a convertirse en una leyenda del mundo de los negocios, con una empresa que tiene presencia en más de 100 países.

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Su historia

Cuando tenía sólo 5 años, Sanders debió enfrentar la muerte de su padre. Eso no sólo significó dolor, sino que también lo obligó a hacerse cargo de sus dos hermanos menores. Fue así como aprendió a cocinar.

A los 12 debió retirarse de la escuela para poder colaborar en la granja de su familia, pero luego abandonó su casa debido a los malos tratos de su padrastro y se fue a vivir con unos tíos. A los 15 logró enlistarse en el ejército de Estados Unidos con un certificado falso.

Luego de completar su servicio militar en Cuba, pasó por una serie de trabajos como marino mercante, vendedor de seguros, granjero, bombero de ferrocarriles, entre otros. En ninguno tuvo éxito.

Pero después de la seguidilla de fracasos, decidió dedicarse a lo que mejor sabía hacer: cocinar.

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A los 39 años -en 1929- logró adquirir una bomba de bencina a la orilla de la carretera en las afueras de la ciudad de Corbin en el estado de Kentucky. Allí vendía pollo frito a la gente y los atendía en su propio comedor. Su fama de buen cocinero lo llevó en 1935 a ser nombrado “Coronel”, una condecoración honorífica que se le da a los habitantes destacados de Kentucky, algo así como el “hijo ilustre” que tenemos en Chile.

Más tarde, logró abrir su primer restaurante en la carretera, donde comenzó a preparar su receta especial de pollo frito con 11 hierbas y especias, la que patentó en 1940. Este lugar hoy es un museo de KFC llamado Harland Sanders Café and Museum.

En 1939 -con 49 años- su popularidad salió de las fronteras de Kentucky cuando un crítico gastronómico lo incluyó en una guía de los mejores restaurantes. Pero su inminente éxito al poco tiempo se vino abajo.

“Unos años más tarde, la construcción de una supercarretera desvió el tráfico lejos de la ciudad, llevándose todos los clientes que esporádicamente paraban en su restaurante y en poco tiempo su negocio quebró”, señala Arturo Quijano, coach de emprendimiento y autor del libro Manual del Futuro Millonario, en una columna en el portal especializado Negocios y Emprendimiento.

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Sin embargo, Sanders logró salir adelante. En 1950, ya con 60 años, vendió el lugar por cerca de 75.000 dólares (49 millones de pesos actuales) y comenzó a cocinar pollo frito, el que ofrecía por todo el país con demostraciones y su clásica apariencia de chaqueta blanca y corbatín negro.

Así logró repuntar el negocio a través de franquicias a las que nombró Kentucky Fried Chicken. El trato era que debían pagarle 5 centavos por cada pollo frito hecho con su receta que vendieran.

En 1952 en Salt Lake City en Utah se abrió el primer restaurante de la franquicia, que luego comenzó a expandirse por todo Estados Unidos.

“Es muy común encontrar personas que renuncian a sus metas tras haber intentado sólo un par de veces, pero el coronel Sanders sabía que la persistencia engendra éxito, por eso golpeó en las puertas de más 2.000 restaurantes que le negaron algún acuerdo. Pero él nunca se dio por vencido, sabía que su sueño se cumpliría”, señala Quijano.

Con 74 años, el Coronel Sanders logró un acuerdo con un grupo inversor para vender Kentucky Fried Chicken por 2 millones de dólares (1.300 millones actuales y mucho más en ese tiempo) más un salario vitalicio de 40.000 dólares (26 millones de pesos) al año por usar su imagen en la marca. Ese salario de por vida, luego se incrementó a 200.000 dólares (Más de 131 millones).

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Paralelamente a esto, en 1968 Sanders abrió un restaurante en Shelbyville llamado Claudia Sander’s Dinner House (Claudia, por su segunda esposa) y en 1970 cuando ya tenía 80 años, dejó el consejo de dirección de KFC. Sin embargo, siguió siendo la imagen publicitaria.

Harland Sanders murió el 16 de diciembre de 1980 – a los 90 años- tras sufrir infecciones de riñón y vesícula, y más tarde una pulmonía, tal como informó el diario español El País en ese entonces.

Hoy su imagen sigue estando en el logo de KFC y la hoja original con su receta secreta escrita a mano y firmada por él, se encuentra en una caja fuerte de un local de KFC en Louisville (Kentucky), donde sólo dos ejecutivos -cuyos nombres jamás se han revelado- tienen acceso.

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Actualmente, KFC cuenta con más de 20.000 restaurantes en 123 países.

“Sólo he tenido dos reglas: Haz todo lo que puedas y hazlo lo mejor que puedas. Es la única manera en la que lograras grandes cosas en la vida”, Coronel Sanders.